CONFLICTO EN EL TRANSPORTE DE VIAJEROS POR CARRETERA

Un albañil rompe unas marquesinas al culpar de su despido a la huelga

El albañil Francisco Miguel Vázquez Gutiérrez, de 32 años, asegura ser una víctima de los efectos colaterales de la huelga de conductores de autobuses. Vázquez destrozó el pasado martes los cristales de unas marquesinas de autobuses de Mejorada del Campo tras conocer que había sido despedido por no haber acudido al tajo el lunes y martes pasados.

Este trabajador culpa del despido a la huelga de transportes y a la inexistencia de servicios mínimos, lo que le impidió poder acudir a su trabajo en Barajas. Por eso quiso vengarse destrozando las paradas de los autobuses de la calle de...

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El albañil Francisco Miguel Vázquez Gutiérrez, de 32 años, asegura ser una víctima de los efectos colaterales de la huelga de conductores de autobuses. Vázquez destrozó el pasado martes los cristales de unas marquesinas de autobuses de Mejorada del Campo tras conocer que había sido despedido por no haber acudido al tajo el lunes y martes pasados.

Este trabajador culpa del despido a la huelga de transportes y a la inexistencia de servicios mínimos, lo que le impidió poder acudir a su trabajo en Barajas. Por eso quiso vengarse destrozando las paradas de los autobuses de la calle de Juan Gris. Fue reducido por la Policía Local, que le entregó a la Guardia Civil, acusado de atentado y resistencia grave a los agentes de la autoridad y contra el patrimonio.

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Ayer, algo más calmado, explicaba que su encargado le comunicó en la tarde del martes que estaba despedido. Bajó a la calle y, tras coger unos adoquines de una obra próxima, los arrojó furioso contra los cristales de varias marquesinas. A los agentes que intentaron frenar su ira les gritó: 'Hijos de puta, dejadme tranquilo, que he perdido el trabajo y lo van a pagar', según el informe policial.

Albañil desde hace 15 años, Vázquez trabajaba hasta el martes en una obra del pueblo de Barajas. 'Tengo que alimentar a una criatura de 15 meses, pagar 100.000 pesetas de una letra y otras 25.000 del seguro de la vivienda. Reventé de impotencia por un despido del que no soy culpable', asevera.

Vázquez arremetió contra las marquesinas no sólo para desahogarse por haber sido despedido ahora por la huelga de autobuses, sino porque lo mismo le ha sucedido en otras dos ocasiones en los últimos dos meses. Entonces, un conflicto específico de los conductores de la compañía ETASA con su empresa le hizo perder sendos empleos en Alcalá y Guadalajara.

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Ahora piensa pedir otra 'oportunidad' a la empresa que lo despidió y organizarse de otra forma mientras dura la huelga. 'Me iré a dormir a Torrejón con mis padres, y que me lleve mi hermano en coche', aventura. El alcalde de Mejorada, el socialista Fernando Peñaranda, intentará mediar para que la empresa readmita a Vázquez.

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