Reducción de jornada
Tengo tres hijas, lo cual, por muchas razones, es una heroicidad en los tiempos que corren. Además trabajo en una empresa privada. Por experiencia puedo asegurar que hacer compatible el trabajo y el cuidado de los hijos es imposible con los horarios teóricos de la mayoría de las empresas.
Si además reconocemos que no se suelen cumplir nunca, porque normalmente se hacen más horas, el ritmo de vida para las personas con hijos se convierte simplemente en una locura.
Aunque la ley ampara en teoría la reducción de jornada y las excedencias para el cuidado de los hijos, la práctica es ...
Tengo tres hijas, lo cual, por muchas razones, es una heroicidad en los tiempos que corren. Además trabajo en una empresa privada. Por experiencia puedo asegurar que hacer compatible el trabajo y el cuidado de los hijos es imposible con los horarios teóricos de la mayoría de las empresas.
Si además reconocemos que no se suelen cumplir nunca, porque normalmente se hacen más horas, el ritmo de vida para las personas con hijos se convierte simplemente en una locura.
Aunque la ley ampara en teoría la reducción de jornada y las excedencias para el cuidado de los hijos, la práctica es que solicitar estos privilegios acaba siempre en un despido de la mujer que quiere acogerse a ellos o, en el mejor de los casos y si tiene suerte, en que quede relegada laboralmente.
Se supone que nuestros políticos deberían convertir este tema en una prioridad en su agenda, pero yo no hago más que oír insensateces al respecto. Algunos incluso proponen ampliar los horarios de los colegios a 12 horas.
¿Están locos o quieren conseguir una generación de niños dementes? Otros plantean la reducción de horario escolar para las familias con hijos con fracaso escolar.
¿Es que voy a tener que esconder los libros a mis hijas para que no puedan estudiar o estudien menos, suspendan y así poder dedicarles más tiempo?
Creo que los ciudadanos podemos exigir que nuestro Gobierno piense y actúe ya para conseguir que en España los contratos a tiempo parcial alcancen los niveles que tienen ya en otros países europeos y que tener un hijo no suponga un problema para las familias, sino lo que debería ser simplemente: un motivo de gran alegría.