La aseguradora de Andersen Worldwide se declara insolvente antes de las reclamaciones del 'caso Enron'

La lucha por la supervivencia de Andersen ha recibido un nuevo golpe. Este fin de semana trascendió que la aseguradora Profesional Services Insurance (PSI), de la que la auditora es copropietaria y que debería de hacer frente a las reclamaciones pendientes del caso Enron, también está en crisis. La compañía de seguros se ha declarado insolvente en el pago de una indemnización por 217 millones de dólares que debía de realizar a un cliente en quiebra de Andersen. PSI no ha pagado porque, a su vez, Andersen tampoco ha desembolsado una prima pendiente de 100 millones de dólares.

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La lucha por la supervivencia de Andersen ha recibido un nuevo golpe. Este fin de semana trascendió que la aseguradora Profesional Services Insurance (PSI), de la que la auditora es copropietaria y que debería de hacer frente a las reclamaciones pendientes del caso Enron, también está en crisis. La compañía de seguros se ha declarado insolvente en el pago de una indemnización por 217 millones de dólares que debía de realizar a un cliente en quiebra de Andersen. PSI no ha pagado porque, a su vez, Andersen tampoco ha desembolsado una prima pendiente de 100 millones de dólares.

La Fundación Baptista de Arizona quebró en 1999 con pérdidas estimadas cercanas a los 570 millones de dólares. Como en el caso de Enron, el agujero fue una desagradable sorpresa para los accionistas porque las cuentas venían siendo auditadas y aprobadas desde 1984 por Andersen, una firma por encima de toda sospecha. El mes pasado, Andersen aceptó indemnizar a la fundación con 217 millones de dólares, que debería abonar su aseguradora (PSI, radicada en el paraíso fiscal de Bermudas).

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El diario The Wall Street Journal señala que la pasada semana Andersen comunicó a la fundación que la aseguradora 'no puede aprobar o pagar la reclamación en este momento debido a su situación financiera', una situación de la que ni la auditora ni la aseguradora dan detalles.

Esta crisis acentúa la gravedad de la situación de la firma de Chicago, confirmada con la negativa del Departamento de Justicia a paralizar el proceso judicial. El conflicto con PSI pone de manifiesto las dificultades de Andersen por llegar a un posible acuerdo con los perjudicados de Enron que le han demandado ante los tribunales, que tienen sobre la mesa una oferta por valor de 375 millones de dólares de los que 250 debían ser aportados por PSI. La amenaza de suspensión de pagos de la auditora cobra fuerza y son varios los socios de la firma que han planteado la posibilidad de que algún cliente presente una declaración de quiebra involuntaria, según recogía el periódico.

Un portavoz de Andersen insiste en que la auditora no se plantea la insolvencia. La semana pasada, la firma contaba con 450 millones en efectivo, 800 millones en otras cuentas y 300 millones pendientes de pagos por los servicios que viene prestando. Las salidas previstas a corto plazo son 100 millones mensuales en nóminas y otros tantos en pagos a partners (socios copropietarios) retirados.

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