'Hay que modernizar la izquierda sin abandonar la política social'
Los estrategas de la campaña electoral de Lionel Jospin se debaten en la duda: ¿es mejor centrar al candidato o mantenerlo bien anclado en la izquierda? La situación es tan indecisa que Jospin ha optado por disponer de dos portavoces en su equipo de campaña. Uno de ellos es la antigua ministra Martine Aubry, autora de las leyes que han limitado la jornada laboral a 35 horas. Con ella, Jospin cubre el flanco izquierdo y garantiza la imagen de la paridad. El otro portavoz es Dominique Strauss-Kahn, apeado del Ministerio de Economía en 1999 al verse implicado en un confuso asunto ju...
Los estrategas de la campaña electoral de Lionel Jospin se debaten en la duda: ¿es mejor centrar al candidato o mantenerlo bien anclado en la izquierda? La situación es tan indecisa que Jospin ha optado por disponer de dos portavoces en su equipo de campaña. Uno de ellos es la antigua ministra Martine Aubry, autora de las leyes que han limitado la jornada laboral a 35 horas. Con ella, Jospin cubre el flanco izquierdo y garantiza la imagen de la paridad. El otro portavoz es Dominique Strauss-Kahn, apeado del Ministerio de Economía en 1999 al verse implicado en un confuso asunto judicial y que ha reanudado su actividad política tras resultar absuelto. Strauss-Kahn aparece ante la gente con una imagen más 'moderna', centrista o moderada.
'Si la esperanza de vida progresa, es normal que se retrase la edad de jubilación'
'Modernidad no significa el abandono de la política social', asegura tajante Strauss-Kahn, partidario de continuar con la privatización parcial de las empresas públicas antes que desmochar los ingresos del Estado como sucedería si se llevaran a cabo los recortes de impuestos propuestos por Chirac. El portavoz de Jospin no ve cómo casar el aumento de gastos militares deseado por el actual presidente -partidario de construir un segundo portaaviones, por ejemplo- y la reducción drástica de los impuestos.
Los planes de Chirac costarían unos 55.000 millones de euros en cinco años, el doble del margen disponible en el supuesto de que la economía crezca al 3% anual, en versión de Strauss-Kahn. A estos costes se añaden otros. Por ejemplo, Chirac promete no cobrar tasa ni impuesto alguno a los nuevos empresarios hasta que empiecen a conseguir resultados, con el objetivo de lograr 'un millón de empresas en cinco años', para lo cual impulsa igualmente la revisión de las 35 horas con la finalidad de que 'trabajen más los que deseen hacerlo'. Las rebajas de impuestos propuestas por Jospin buscan al electorado popular: por ejemplo, reduciendo la tasa de vivienda o los tramos bajos del impuesto sobre la renta. Pero Strauss-Kahn reconoce que 'no hay regalos para las empresas en el programa del candidato Jospin'. Desde luego, 'habrá un esfuerzo para las pequeñas empresas, pero nuestro candidato no ha anunciado una reducción del impuesto de sociedades'.
A la pregunta de si el nivel de imposición o la reducción de jornada terminarán por erosionar la inversión extranjera, el portavoz de Jospin contesta: 'Hay que reconocer que Francia es actualmente el segundo país de acogida de inversiones extranjeras en la UE, al ritmo de 15.000 millones de euros por año; convendrá conmigo en que esto quiere decir algo'.
Strauss-Kahn ha provocado algún escándalo entre sus correligionarios con la defensa de la privatización parcial de EDF, la empresa pública de electricidad, que pretende mantener dependiente del Estado pero no necesariamente al 50% del capital. 'El monopolio de EDF seguirá las reglas europeas, pero el sistema de propiedad de la empresa no está ligado a la existencia del monopolio', explica. 'Por el contrario, el mantenimiento del servicio público es extremadamente importante, porque eso forma parte de la historia y de la cultura de Francia'. Un servicio público que se basa en el acceso a la electricidad hasta en el último rincón del país, sin apagones y a un precio asequible: 'El kilovatio francés es menos caro porque nosotros hemos optado por la energía nuclear', afirma Strauss-Kahn, en una opción que reduce el espacio de entendimiento futuro con Los Verdes.
El portavoz de Jospin ve mucho más urgente la reforma del sistema de pensiones. 'Tenemos que garantizar la financiación del fondo de reserva para las pensiones, de un monto de 152.000 millones de euros. Y el segundo elemento importante es el alza de la tasa de actividad para los que cuentan con más de 50 años de edad y la posibilidad de continuar en activo más allá de los 60 años', la edad a la que se retiran los trabajadores franceses sin sufrir penalizaciones en su pensión.
'Si la esperanza de vida progresa en nuestra sociedad, me parece normal que se retrase la edad de retiro', argumenta Strauss-Kahn. 'En todo caso, la idea que desarrollo es la de indemnizar todos los derechos adquiridos, en el supuesto de que sean cuestionados por las reformas futuras, comprendidos aquellos derechos que los trabajadores hayan tenido reconocidos'.
El más moderado de los portavoces de Jospin defiende la introducción de los fondos de pensiones. 'Tenemos en Francia muy pocos instrumentos financieros', explica. 'Los seguros de vida no están bien adaptados a esa finalidad, pero al mismo tiempo alrededor de un tercio de los titulares de libretas de ahorro nos dicen que ahorran ese dinero para su jubilación. Por simples razones de justicia, tenemos que disponer de instrumentos más adecuados'.
Este hombre es el mismo que lanzó los fondos de ahorro salariales en las empresas, aunque su salida del Ministerio le impidió acabar el trabajo, finalmente rematado por Laurent Fabius. Tras las derrotas sucesivas de la izquierda en Europa, ¿será ésta su última oportunidad para resistir? 'Una victoria de la izquierda en Francia y en Alemania, tras el triunfo laborista en el Reino Unido, no significaría una línea de resistencia en Europa, sino una verdadera línea motriz', replica.