El campo y el refugio lingüístico

A pesar de que con sólo 33 años consiguió el reconocimiento internacional gracias a la música vocal con sus Cinco canciones negras, la ópera, el género vocal por excelencia, nunca ha sido demasiado del gusto de Xavier Montsalvatge. Sólo tres óperas figuran en su catálogo de más de cien obras: El gato con botas (1948), Una voce in off (1962) y Babel 46 (1967), esta última la única de la tres que puede ser considerada una ópera grande, pese a que su duración no alcanza la media habitual en el género.

Estrenada tardíamente en el verano de 1994 en el Festival de ...

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A pesar de que con sólo 33 años consiguió el reconocimiento internacional gracias a la música vocal con sus Cinco canciones negras, la ópera, el género vocal por excelencia, nunca ha sido demasiado del gusto de Xavier Montsalvatge. Sólo tres óperas figuran en su catálogo de más de cien obras: El gato con botas (1948), Una voce in off (1962) y Babel 46 (1967), esta última la única de la tres que puede ser considerada una ópera grande, pese a que su duración no alcanza la media habitual en el género.

Estrenada tardíamente en el verano de 1994 en el Festival de Peralada (Girona), Montsalvatge escribió Babel 46 en un momento especialmente activo de su trayectoria creadora. Se sentía seguro de su trabajo, y convencido de que lo ganaría no dudó en presentarla a un concurso convocado por el teatro del Liceo de Barcelona. La decisión del jurado de declarar desierto el premio molestó hasta tal punto al compositor que decidió guardar la obra en un cajón desoyendo los consejos de amigos que le insistían en que debía ofrecerla al Liceo para que la estrenara, como ya lo había hecho con sus otras dos óperas. 'Pensé que si alguien la quería ya me la pedirían', ha explicado el autor.

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Y tardaron 27 años en pedírsela. Pero no fue el Liceo, que no llamó más a la puerta de Montsalvatge y que ahora, que coproduce con el Teatro Real de Madrid este nuevo montaje de Babel 46, cede el privilegio del estreno al coliseo madrileño precisamente en el año en que el compositor catalán, uno de los creadores musicales españoles en activo más internacional, celebra su 90º aniversario. Se la pideron la Orquesta de Cadaqués y el Festival de Peralada, y el estreno tardío no jugó a favor de la obra, pese a ser una buena ópera, porque la hizo nacer fuera de tiempo. En el sentido estricto, ya no era una ópera contemporánea pese a estar vivo su creador, y tampoco tenía los años suficientes para formar parte del catálogo de obras que gozan del beneficio de pertenecer a una época y un estilo que la sitúan al amparo de la historia de la música.

Con una orquestación excelente, la partitura presenta una gran unidad de estilo, con algunas reminiscencias puccinianas; tiene la virtud de ser cantable, aunque los difíciles intervalos que presenta la apartan de la ópera tradicional; y argumentalmente -el libreto es del propio compositor- posee fuerza dramática con buenas situaciones que no siempre tienen un desarrollo profundo a causa de la rápida sucesión de las acciones que se entrecruzan en la historia que narra.

El uso de siete lenguas diferentes -castellano, catalán, italiano, francés, portugués, inglés y el alemán de un loro que repite 'Heil, Hitler' y 'Zigarren'- hace de Babel 46 una ópera singular en la que la palabra adquiere un valor casi exclusivamente musical y da verosimilitud al argumento que narra la historia de 10 personas el día de 1946 en que abandonan un campo de refugiados en la Europa central tras la II Guerra Mundial. La babel ligüística en que se convierte la obra la acerca al multilingüismo que caracteriza a la Unión Europea y refuerza el tema central de su argumento: la confusión y la mentira a la que van abocados los seres humanos, sean de donde sean y hablen el idioma que hablen, para sobrevivir al terror.

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