La derecha teme que la izquierda de Portugal conserve la mayoría
El líder del Partido Social Demócrata (PSD, de centro derecha), José Manuel Durão Barroso, y el presidente del Partido Popular (PP, democristiano), Paulo Portas, arremetieron en la noche del martes contra la posibilidad de que los partidos de izquierdas conserven la mayoría en el Parlamento tras las elecciones generales del próximo domingo. Dirigentes conservadores no descartan que el PSD sea el partido más votado, pero no consiga alcanzar el número de diputados de los grupos de izquierda, lo que provocaría una situación de inestabilidad de consecuencias imprevisibles.
Algunos analistas...
El líder del Partido Social Demócrata (PSD, de centro derecha), José Manuel Durão Barroso, y el presidente del Partido Popular (PP, democristiano), Paulo Portas, arremetieron en la noche del martes contra la posibilidad de que los partidos de izquierdas conserven la mayoría en el Parlamento tras las elecciones generales del próximo domingo. Dirigentes conservadores no descartan que el PSD sea el partido más votado, pero no consiga alcanzar el número de diputados de los grupos de izquierda, lo que provocaría una situación de inestabilidad de consecuencias imprevisibles.
Algunos analistas consideran que sería necesaria una intervención del presidente de la República, Jorge Sampaio, para desbloquear el impasse. Los partidos de izquierdas (socialistas, comunistas y Bloque) obtuvieron en las últimas legislativas de 1999 un total de 134 diputados frente a los 96 de la derecha (socialdemócratas y populares). Favorito en las primeras encuestas (tras la dimisión de António Guterres), pero con las distancias cada día más reducidas, Durão Barroso ha pasado de la euforia a la prudencia.
Durante un debate televisado entre los cinco candidatos a primer ministro, el líder socialdemócrata acusó al comunista Carlos Carvalhas de ser 'un satélite del PS' y 'el abogado defensor de Ferro Rodrigues', el candidato socialista y sucesor de António Guterres. Durão señaló también que la entrada de los comunistas en el Gobierno sería una catástrofe para la economía portuguesa.
El líder socialista, Eduardo Ferro Rodrigues, defendió los gobiernos de António Guterres y acusó a Durão Barroso de cometer graves incoherencias, entre ellas prometer reducciones de impuestos como estrategia electoral.