Giscard descarta la presencia regional ante la UE porque complicaría la toma de decisiones

El presidente de la Convención Europea invita al CdR a establecer una posición común

Valery Giscard d'Estaing, presidente de la convención que debe diseñar el primer borrador de una futura Constitución para la Unión Europea, recela del papel de las regiones en la 'aventura histórica' que atraviesa el Viejo Continente. Mientras crece el número de dirigentes autonómicos españoles que solicitan presencia directa en los órganos de decisión de la UE para garantizar una Europa sólida, Giscard ofreció ayer en Valencia un diagnóstico diametralmente opuesto y apostó por reducir las instituciones europeas para agilizar la toma de decisiones.

Giscard acudió ayer a Valencia en cali...

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Valery Giscard d'Estaing, presidente de la convención que debe diseñar el primer borrador de una futura Constitución para la Unión Europea, recela del papel de las regiones en la 'aventura histórica' que atraviesa el Viejo Continente. Mientras crece el número de dirigentes autonómicos españoles que solicitan presencia directa en los órganos de decisión de la UE para garantizar una Europa sólida, Giscard ofreció ayer en Valencia un diagnóstico diametralmente opuesto y apostó por reducir las instituciones europeas para agilizar la toma de decisiones.

Giscard acudió ayer a Valencia en calidad de presidente del Consejo de Municipios y Regiones de Europa (CMRE), una institución a la que municipios y asambleas regionales se adhieren voluntariamente desde hace cinco décadas y que persigue la difusión de un espíritu europeísta más allá y mucho antes que la propia Unión Europea. Tras una breve entrevista con Eduardo Zaplana, máximo representante del Comité de Regiones (CdR) en la convención que estudia una futura Constitución Europea, Giscard tiró por tierra de un plumazo las aspiraciones de muchos dirigentes autonómicos - desde Juan José Ibarretxe en el País Vasco hasta Jordi Pujol en Cataluña pasando por Manuel Fraga en Galicia- de participar como interlocutores directos en los órganos de decisión de las directivas comunitarias, esencialmente en el Consejo que reúne a los representantes gubernamentales de los 15 estados miembros de la UE.

Giscard concedió que la convención apenas ha iniciado sus trabajos y explicó que sería precipitado ofrecer cualquier conclusión. Pero, interpelado sobre la posibilidad de que las regiones tengan presencia ante el Consejo o la Comisión, ofreció su particular punto de vista: 'El problema en la actualidad es justamente el contrario, instituciones como el Consejo han tenido problemas porque al tener tantos miembros no conseguía tomar decisiones'. Y vaticinó un futuro aún más complicado al imaginar la magnitud de los debates internos en el seno de una 'Comisión que va a alcanzar los 27 miembros'.

Según Giscard, la composición de las instituciones europeas es demasiado 'numerosa' y eso impide que 'puedan funcionar bien'.

La posible participación de las regiones en los foros de decisión de la UE es un problema que 'debemos abordar en su conjunto', explicó Giscard, precisamente en el seno del CdR.

Eduardo Zaplana, presidente de la Generalitat, arrastró al ex presidente de la República Francesa a la mascletà y evitó cualquier comentario ante los periodistas. Pero a primera hora de la tarde, ante los miembros del CMRE congregados en Valencia, asumió la encomienda de Giscard y, de paso, asumió la posición oficial del Gobierno español: 'En esta etapa decisiva de la construcción europea, las regiones y los municipios cuentan con la posibilidad de hacer escuchar su voz a través del cauce del CdR'.

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Zaplana también coincidió con Giscard al subrayar la 'enorme complejidad de los procesos de toma de decisiones' en el seno de la UE, y atribuyó a la pesada maquinaria burocrática de Bruselas la creciente sensación de un 'déficit democrático': 'Los ciudadanos ven la política europea como un sistema opaco, demasiado alejado de sus preocupaciones y su vida cotidiana que, cuando interviene, los hace de manera demasiado brusca y poco comprensible', dijo.

Pero luego se desmarcó y recuperó el tono autonomista que siempre ha deslizado en torno al proceso de construcción europea. Zaplana apostó por dotar al CdR de un estatuto jurídico propio para convertir el foro de representación regional de la UE en 'garante de la subsidiariedad', el principio que consagra que la adminsitración más próxima al ciudadano es la que debe resolver sus problemas. Una vez reforzado, el CdR tendría legitimidad para recurrir ante el Tribunal de Luxemburgo aquellas directivas comunitarias que violentaran las competencias regionales o municipales.

Zaplana abogó por una clara definición de las competencias de cada estrato de la administración para evitar duplicidades y conflictos.

El presidente de la Generalitat no reclamó presencia directa de la Comunidad Valenciana ante los foros de decisión de la UE, pero sí dejó caer un cierto tono autonomista envuelto en un ropaje genérico: 'Parece lógico que los niveles de gobierno que han de aplicar las normas de la UE participen también de algún modo en su producción', dijo.

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