TEMA: BOTELLÓN - LOS JÓVENES Y EL ALCOHOL

Jóvenes violentos causan destrozos en la marcha a favor del 'botellón'

Detenidos seis integrantes de la marcha 'pro-botellón' cerca de la plaza del Dos de Mayo

La manifestación no autorizada a favor del botellón degeneró anoche en incidentes violentos en las calles de Santa Lucía, San Vicente Ferrer y Dos de Mayo. Unos 50 jóvenes dejaron a su paso un reguero de contenedores de basura y de vidrios rotos y formaron barricadas en varias calles de Malasaña. La manifestación, convocada por Internet por un grupo no identificado por la policía, partió pacíficamente desde la plaza de Chueca hasta la del Dos de Mayo. Sin embargo, a lo largo de la noche, los ánimos se encresparon. La policía detuvo a seis jóvenes.

La policía intentó disgregar a...

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La manifestación no autorizada a favor del botellón degeneró anoche en incidentes violentos en las calles de Santa Lucía, San Vicente Ferrer y Dos de Mayo. Unos 50 jóvenes dejaron a su paso un reguero de contenedores de basura y de vidrios rotos y formaron barricadas en varias calles de Malasaña. La manifestación, convocada por Internet por un grupo no identificado por la policía, partió pacíficamente desde la plaza de Chueca hasta la del Dos de Mayo. Sin embargo, a lo largo de la noche, los ánimos se encresparon. La policía detuvo a seis jóvenes.

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La policía intentó disgregar a los jóvenes en la plaza de Chueca pidiéndoles la documentación, registrando sus pertenencias y cambiándoles la ruta que llevaban inicialmente. Mientras, en la plaza del Dos de Mayo, donde iba a acabar la manifestación, se producía una tensa espera entre los vecinos y varias decenas de policías que controlaban el acceso al recinto.

El llamamiento había sido llevado a cabo por una asociación autodenominada Agrupación de Estudiantes por la toma del Dos de Mayo. A la convocatoria acudieron, en Chueca, cerca de 300 jóvenes. Cuando estos 300 jóvenes llegaron a la plaza del Dos de Mayo, se dividieron en distintos grupos, que intentaron dialogar con los vecinos.

Entonces se puso de manifiesto lo que lleva sucediendo desde hace meses: jóvenes y vecinos no se ponen de acuerdo.Ambas partes defendían, a veces a gritos, sus derechos: unos a dormir tranquilos y otros a beber en la calle.

Sin embargo, mientras unos grupos seguían dialogando, otros se dirigieron a las calles aledañas y comenzaron a provocar a los policías. La plaza del Dos de Mayo se dividió entre manifestantes pacíficos y violentos. Estos últimos destrozaron todos los contenedores de basura que encontraron, llegando a quemar uno de ellos.

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Carlos Priego, representante del Movimiento Vecinal del Dos de Mayo, se situó en medio de la calle e intentó dialogar con los violentos: 'Chavales, ¿no podemos hablar?, ¿puedo acercarme a vosotros?'. Le respondieron con insultos.

Quema de contenedores

Los incidentes se agravaron poco después con la quema de uno de los contenedores y el lanzamiento de bolsas de basura contra vecinos y policías.

Luego, el grupo más violento se dirigió a la calle de San Vicente Ferrer y levantó una barricada para impedir el tráfico. Algunos vecinos se asomaron entonces a los balcones e intercambiaron insultos con los jóvenes violentos.

Los antidisturbios del Cuerpo Nacional de Policía, que junto a agentes municipales, sumaban más de 200 policías, intentaron controlar la situación. Algún agente propinó algún porrazo, pero no se registraron cargas, si bien hubo seis detenidos, informa F. Javier Barroso. Los arrestados fueron trasladados a la comisaría de Centro, acusados de romper las lunas de una oficina de Cajamadrid y destrozar mobiliario urbano.

A la plaza del Dos de Mayo acudieron el inspector jefe de la Policía Municipal de Madrid, José Luis Morcillo, y el concejal de distrito Centro, Carlos Martínez Serrano. Éste afirmó que la actuación de la policía no había sido 'excesiva', y que los vecinos estaban tranquilos con la presencia de los agentes.

El vecindario se mostró anoche de acuerdo con las medidas policiales contra el botellón. Sin embargo, Carlos Priego aseguró que esa no es 'la única forma de reaccionar' ante este fenómeno: 'Lo que hace falta es una actuación desde la escuela y desde el seno de la familia'. 'La represión no es una alternativa. Los padres y educadores deben tomarse en serio este tema, porque hoy en día no hay educación cívica', añadió.

Los jóvenes argumentan que el botellón no sólo significa ir a beber. Daniel, un chico que se acercó hasta la plaza, comentó que el botellón 'es un punto de encuentro y un lugar para socializarnos'. 'Aquí podemos hablar tranquilamente y tocar la guitarra con nuestros amigos, y no sólo emborracharnos', añadió.

Precisamente por la actuación de los alborotadores, los vecinos defendían anoche la presencia policial. 'Reconoced que no nos habéis ayudado cuando nos enfrentábamos con los energúmenos. Cuando haya un grupo de macarras, nos tenemos que unir, vosotros y nosotros. Y si no, alguien nos tendrá que defender', comentaba un vecino a un grupo de jóvenes. El vecindario está dividido sobre la forma de erradicar el botellón. Por ejemplo, uno de ellos comentó que el despliegue policial 'roza el ridículo'. 'Esto debía haberse parado antes. Ahora, se les ha ido a todos de las manos, tanto a los jóvenes como a la policía', agregó.

Alrededor de la medianoche, la policía había realizado tres denuncias contra tres locales de la zona: dos por venta de drogas y uno por venta de alcohol a menores. A esa hora, la zona ya estaba en calma

Un grupo de jóvenes participantes en la marcha pro-botellón, en una calle cercana a la plaza del Dos de Mayo.ULY MARTÍN

Pintadas contra la 'ley seca'

El botellón, o consumo de alcohol de forma masiva en la calle, ha provocado en los últimos meses un acalorado debate ciudadano, similar al que provocan otros fenómenos como la prostitución o la seguridad ciudana. Cada noche del fin de semana, cerca de 15.000 jóvenes practican el botellón en las calles, plazas y parques de la capital. Allí beben, hablan y, algunos, se emborrachan. En total, el Ayuntamiento tiene detectados 26 puntos de consumo de alcohol masivo en la calle. Los vecinos, hartos de que el botellón, a su juicio, provoque suciedad, ruidos y peleas entre los jóvenes, decidieron hace varios meses exigir al Ayuntamiento de Madrid que pusiese medidas contundentes contra el fenómeno. El resultado: desde hace un mes, agentes de la Policía Municipal y del Cuerpo Nacional de Policía han impuesto todos los fines de semana la ley seca en la plaza del Dos de Mayo, en la de San Ildefonso, en la de las Salesas, en la de Villa de París y en la de Santa Bárbara. Hace dos semanas, la policía empezó a actuar también en los bajos de Aurrerá, donde se produce uno de los botellones más violentos de la ciudad. Además, el Gobierno central anunció el pasado 12 de febrero que prohibirá con una ley estatal el consumo de alcohol en la calle, ya vetado por la normativa de seis autonomías, entre las que no se cuenta la Comunidad de Madrid. Con las medidas policiales, las plazas habituales de consumo de alcohol quedaron desiertas. Los jóvenes decidieron desperdigarse por otras zonas u optaron por meterse en los bares y discotecas. Pero otros, los jóvenes más radicales y a los que los vecinos de la plaza del Dos de Mayo acusan de organizar broncas todas las noches, no aceptaron la ley seca. Hace dos semanas, la plaza apareció llena de pintadas como 'Viva Nerón, que quemó Roma', 'Vecinos, hijos de puta, si no queréis botellón vais a tener botellazos' y 'La calle es nuestra'. En teoría, estos jóvenes habían convocado ayer un macrobotellón y la toma de la plaza del Dos de Mayo.

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