Columna

Imparables

Allá vamos, imparables, hacia el radiante porvenir. Gaspar Zarrías lo tiene todo controlado. De momento, para reforzar la 'autoconfianza' de los andaluces, ha encargado una campaña publicitaria que va a costar 1,3 millones de euros. Poca cosa si se tiene en cuenta que nos va a hacer falta mucha autoconfianza para alcanzar la meta que se nos propone: figurar dentro de veinte años entre las veinte regiones más desarrolladas de Europa.

No está mal si se tiene en cuenta que en este momento estamos entre las doce menos desarrolladas. Tendríamos que saltar por encima de unas 180 regiones para...

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Allá vamos, imparables, hacia el radiante porvenir. Gaspar Zarrías lo tiene todo controlado. De momento, para reforzar la 'autoconfianza' de los andaluces, ha encargado una campaña publicitaria que va a costar 1,3 millones de euros. Poca cosa si se tiene en cuenta que nos va a hacer falta mucha autoconfianza para alcanzar la meta que se nos propone: figurar dentro de veinte años entre las veinte regiones más desarrolladas de Europa.

No está mal si se tiene en cuenta que en este momento estamos entre las doce menos desarrolladas. Tendríamos que saltar por encima de unas 180 regiones para situarnos entre las veinte primeras. Atrás dejaríamos, entre otras muchas, las regiones de Núremberg, Amberes, Friburgo, Dusseldorf, Hannover, Berlín, Luxemburgo, Dinamarca y, por supuesto, a las demás comunidades españolas.

Esto teniendo en cuenta el producto interior bruto por habitante, la ratio más usada por la Unión Europea. Pero como sé que la Junta considera obsoleto este parámetro, he tratado de averiguar cuáles son los parámetros que maneja el Gobierno andaluz para calcular este salto imparable. Por lo que me han dicho en la oficina de prensa del PSOE-A y en la oficina del Portavoz del Gobierno, no existen cálculos alternativos de la Junta. Es decir, nadie ha echado cuentas. Eso sí, las intenciones son inmejorables.

Según me han explicado, cuando, el pasado 6 de septiembre, Manuel Chaves dijo que el 'objetivo final' de la segunda modernización era que en el año 2020 'los andaluces puedan comprobar que Andalucía está entre las veinte regiones más desarrolladas de Europa y todos sus parámetros se sitúan por encima de la media europea', más que marcar un objetivo trataba de formular un deseo.

No me gustaría parecer pesimista, pero tiene toda la pinta de ser un deseo imposible, de esos que terminan resultando frustrantes. En los últimos quince años, Andalucía ha crecido un 0,95% por encima de la media de la Unión Europea. Para estar dentro de veinte años entre las veinte primeras regiones, necesitaríamos, desde ahora mismo, multiplicar por cuatro este diferencial hasta alcanzar el 3,69%, y no desfallecer ni un solo año. Tampoco lo tenemos fácil si nos contentamos con situarnos por encima de la media europea. En ese caso, el diferencial tendría que ser de un 2,58%: un 270% superior al actual.

Soñar en voz alta tiene sus peligros. Especialmente si las hemerotecas recogen los sueños y los ponen a disposición de los andaluces que en el 2020 tengan curiosidad por saber cómo veíamos el futuro a comienzos del siglo XXI. Marcar objetivos imposibles quita credibilidad a la 'segunda modernización', que es de tan difícil concreción que necesita definirse, precisamente, a través de sus objetivos.

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Y, además, pone en un brete a los expertos convocados para respaldar la iniciativa. Entre los 19 expertos hay tres catedráticos de Economía -Juan Torres, Carlos Román y Francisco Ferraro- a cuyos alumnos puede darles la risa floja si se enteran de que sus profesores creen posible multiplicar por cuatro, de la noche a la mañana, el diferencial de nuestro crecimiento con la Unión Europea.

Pero por soñar que no quede.

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