Todos los distritos de L'Hospitalet superan los niveles legales de ruido

Los barrios registran más de 55 decibelios

La ciudad de L'Hospitalet, la segunda de Cataluña en número de habitantes, registra unos niveles de ruido muy por encima de los que marca sus propia ordenanza municipal, que establece como límite los 55 decibelios. Todos los distritos de la población superan esta cifra. En algunos puntos negros, el ruido sobrepasa los 65 decibelios, nivel que la Organización Mundial de la Salud (OMS) fija como límite de riesgo para la salud.

El teniente de alcalde de Urbanismo, Medio Ambiente y Vivienda, José Antonio Molina, y el delegado de Medio Ambiente, Ramón Luque, presentaron ayer las conclusione...

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La ciudad de L'Hospitalet, la segunda de Cataluña en número de habitantes, registra unos niveles de ruido muy por encima de los que marca sus propia ordenanza municipal, que establece como límite los 55 decibelios. Todos los distritos de la población superan esta cifra. En algunos puntos negros, el ruido sobrepasa los 65 decibelios, nivel que la Organización Mundial de la Salud (OMS) fija como límite de riesgo para la salud.

El teniente de alcalde de Urbanismo, Medio Ambiente y Vivienda, José Antonio Molina, y el delegado de Medio Ambiente, Ramón Luque, presentaron ayer las conclusiones obtenidas de un diagnóstico previo de la Auditoría Medioambiental de L'Hospitalet. Se trata de un documento que describe la situación de la ciudad, de 255.000 habitantes, en todos los aspectos relacionados con el medio ambiente.

Casi 10 años después de la realización del primer mapa sónico completo de la ciudad, L'Hospitalet sigue presentando unos niveles sonoros muy similares a los de principios de la década de 1990, pese a los cambios urbanísticos, las actuaciones de mejora en la circulación de vehículos y la continua renovación del parque automovilístico. Así, el ruido se ha convertido en uno de los principales problemas medioambientales que debe afrontar la ciudad en los próximos años, teniendo en cuenta que la posibilidad de establecer medidas correctoras es muy dificil.

Puntos negros

De los mapas sónicos realizados recientemente en seis barrios de la ciudad se desprende que si bien algunos de ellos, como Bellvitge, han mejorado en los últimos años -la contaminación sónica del barrio ha pasado de los 70 decibelios de media en el año 1992 a 63,4 en 1999-, otros se han estancado e incluso han empeorado.

Este es el caso del distrito II de la ciudad, donde el importante incremento del tráfico y de la actividad comercial ha situado los índices en 67,6 decibelios en el barrio de la Torrassa, y en 70,6 en el de Collblanc durante el año 2000.

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Respecto a los 65 decibelios que fija la OMS como valor límite para la salud de los ciudadanos, en el barrio de la Torrassa el 73% de los puntos analizados registró valores por encima de este nivel y en Collblanc los puntos que lo superaban constituían el 84%.

El distrito I es otro de los puntos negros de la ciudad. En este distrito, el aumento de los niveles sonoros lo origina la estructura urbanística de sus barrios, la actividad urbana y comercial, el número de habitantes y la densidad y tipología de tráfico. De acuerdo con una evaluación realizada en julio de 2001, el barrio Centro se sitúa en un nivel de 80,1 decibelios, seguido de Sant Josep con 76,5, y Sanfeliu con 74,1.

Este diagnóstico servirá de punto de partida para el Plan de Acción Local, que establecerá las acciones que se deben llevar a cabo en materia medioambiental para los próximos años.

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