Educación recupera la reválida al final del bachillerato

Aunque la supresión del examen de selectividad por la Ley Orgánica de Universidades hacía prever su sustitución por una reválida, el Gobierno ha mantenido la incógnita hasta la entrada en vigor de dicha ley. La diferencia con la selectividad es que no se efectuará en la universidad, sino en los institutos. Las pruebas las prepararán profesores de secundaria y universitarios, pero el protagonismo recaerá en los primeros.

El segundo gran cambio anunciado es la división de los muchachos de 14 a 16 años en tres itinerarios: uno conducirá al bachillerato, otro a la formación profesional y el...

Aunque la supresión del examen de selectividad por la Ley Orgánica de Universidades hacía prever su sustitución por una reválida, el Gobierno ha mantenido la incógnita hasta la entrada en vigor de dicha ley. La diferencia con la selectividad es que no se efectuará en la universidad, sino en los institutos. Las pruebas las prepararán profesores de secundaria y universitarios, pero el protagonismo recaerá en los primeros.

El segundo gran cambio anunciado es la división de los muchachos de 14 a 16 años en tres itinerarios: uno conducirá al bachillerato, otro a la formación profesional y el tercero a la inserción laboral. Este último es el destinado a los jóvenes que quieran dejar de estudiar. Couso señaló que se estudia un cuarto itinerario para aquellos repetidores que a los 16 años no hayan logrado acabar la enseñanza secundaria. Todos recibirán el mismo título.

Con la Ley de Calidad desaparecerá la promoción automática y cualquier curso de secundaria podrá ser repetido, si no se alcanza el nivel suficiente.

Oposición y sindicatos han criticado agriamente las líneas maestras de la nueva ley, especialmente la implantación de la reválida. Carme Chacón, del PSOE, consideró que el Gobierno quiere hacer del acceso a la universidad 'una carrera de obstáculos'. La consejera vasca de Educación, Ángeles Iztueta, acusó al Gobierno de practicar el 'terrorismo institucional' al 'imponer' la reválida.