Fiesta gallega en una Liga alocada

No hay tregua en esta Liga alocada con más candidatos al título que nunca. El Celta apenas ha disfrutado de 48 horas para saborear el liderato cuando ya está obligado a salir en su defensa. Y no en un partido cualquiera. El cuadro de Víctor Fernández dispone esta noche en Balaídos (21,30, autonómicas y La 2) de la mejor ocasión para demostrar que no es un líder de paja: recibe al Deportivo en el gran clásico del fútbol gallego, un choque que sólo proporciona tres puntos pero que tiene un valor incalculable para los sentimientos de la hinchada y la moral de los jugadores. Justo lo que más neces...

No hay tregua en esta Liga alocada con más candidatos al título que nunca. El Celta apenas ha disfrutado de 48 horas para saborear el liderato cuando ya está obligado a salir en su defensa. Y no en un partido cualquiera. El cuadro de Víctor Fernández dispone esta noche en Balaídos (21,30, autonómicas y La 2) de la mejor ocasión para demostrar que no es un líder de paja: recibe al Deportivo en el gran clásico del fútbol gallego, un choque que sólo proporciona tres puntos pero que tiene un valor incalculable para los sentimientos de la hinchada y la moral de los jugadores. Justo lo que más necesita un Depor atribulado, que fuera del campo niega su crisis mientras dentro no hace más que confirmarla.

El choque llega en un momento decisivo del campeonato, que cada semana vive un seísmo en las alturas. Hace sólo un mes, crecían las voces que reducían la lucha por el título a un duelo entre Madrid y Deportivo, si acaso con un tercero discordia. Tras la última jornada, la lista de candidatos llega casi hasta mitad de la tabla. En medio de ese guirigay, ha emergido el Celta sin hacer demasiado ruido. A pesar de sus dudas y sus vaivenes de los últimos meses, el Celta ha mantenido cierta regularidad en comparación con el desorden de los demás, y el liderato ha sido una inyección de optimismo. 'Tenemos mucha confianza', proclamaba ayer su técnico, Víctor Fernández, subido a la ola del entusiasmo. 'El Celta en Balaídos es mucho Celta'.

Pero a nadie se le oculta en Vigo que para ser tomado en serio como candidato al título el conjunto celeste necesita borrar cierto estigma que aún obsesiona a sus jugadores. Desde hace tiempo, el Celta pasa por ser un equipo tan preocupado por jugar bien que se acaba olvidando de ganar. Antes porque era un grupo blando en defensa y sin puntería en ataque, defectos que parecen definitivamente corregidos. El cuadro de Víctor Fernández ya no hace tantas concesiones a la estética y se muestra rocoso atrás y contundente arriba: es el equipo más realizador del campeonato y el sexto menos goleado. Pero en el orden psicológico aún le persigue una sombra de duda, ese vértigo que le atenaza en los momentos decisivos y que quedó de manifiesto en la última final de la Copa del Rey y en sus campañas europeas. Además de enfrentarse a sus miedos, el Celta también tendrá que sobreponerse a la ausencia de dos jugadores capitales, el lesionado Berizzo y el presumiblemente sancionado Mostovoi.

Misteriosa crisis

El Deportivo se curó del mal de las alturas hace año y medio, cuando ganó su primer título de Liga, pero nunca desde entonces había vivido un momento tan delicado como el actual. Hasta ahora, el grupo de Irureta había sobrevivido a los altibajos normales de cada temporada porque en los peores momentos se agarraba a la seguridad defensiva o a la puntería en el ataque. Qué tiempos aquellos, porque de la actual, repentina y un tanto misteriosa crisis sólo se salva la portería. El resto de las líneas del equipo está amenazadas de derribo.

La jornada de Liga entre semana le ha venido de perlas al Depor para evitar que se rumiase demasiado la derrota del sábado ante el Alavés. Con el duelo de Balaídos a la vuelta de la esquina, nadie ha querido hurgar en la herida ni admitir el preocupante estado del equipo. 'A pesar de todo, nuestra situación sigue siendo buena', apuntó Molina. Pero lo que nadie olvida es la desastrosa estadística del equipo fuera de casa: sólo dos empates en las ocho últimas salidas, casi cuatro meses sin ganar ningún partido de Liga en campo ajeno. Irureta seguirá dándole vueltas a la noria de las rotaciones a la espera de que un día de éstos aparezca el equipo que le rescate del fango. Para hoy se anuncian cuatro cambios con respecto al once titular que jugó contra el Alavés. Entre ellos, el regreso de Valerón propiciado por la ausencia de Djalminha, que se fue a disputar un partido amistoso con Brasil.

Celta: Cavallero; Coira, Sergio, Cáceres, Sylvinho; Vagner, Luccin; Karpin, Edu, Gustavo López; y Catanha.

Deportivo: Molina; Scaloni, César, Donato, Romero; Duscher, Mauro Silva; Víctor, Valerón, Fran; y Makaay.