La reserva de agua embalsada es "preocupante" por la sequía

En diciembre se batió en Madrid el récord de mínimos de lluvia de los últimos 90 años

El consejero de Medio Ambiente, Pedro Calvo Poch, se ha pillado los dedos. Hace un año, cuando las competencias del agua estaban en manos de Carlos Mayor Oreja (Justicia), logró con sus alegaciones que el Plan Hidrológico Nacional (PHN) descartara nuevos embalses para garantizar mejor el suministro de agua a Madrid. Ahora que Calvo controla el Canal, se ha topado con un grave problema: el agua escasea. Desde abril de 2001, apenas ha caído una gota. Tanto la Confederación del Tajo como el Canal se plantean ahora construir los embalses que se tacharon del PHN.

En diciembre pasado se ha ba...

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El consejero de Medio Ambiente, Pedro Calvo Poch, se ha pillado los dedos. Hace un año, cuando las competencias del agua estaban en manos de Carlos Mayor Oreja (Justicia), logró con sus alegaciones que el Plan Hidrológico Nacional (PHN) descartara nuevos embalses para garantizar mejor el suministro de agua a Madrid. Ahora que Calvo controla el Canal, se ha topado con un grave problema: el agua escasea. Desde abril de 2001, apenas ha caído una gota. Tanto la Confederación del Tajo como el Canal se plantean ahora construir los embalses que se tacharon del PHN.

En diciembre pasado se ha batido el récord histórico de aportaciones mínimas de lluvia en los últimos 90 años, prácticamente desde que se inició la toma de datos a comienzos del siglo pasado.

Desde la primavera pasada, la ausencia de precipitaciones sobre la cuencas de los ríos que vierten a los embalses donde el Canal de Isabel II almacena el agua para abastecimientos ha pulsado las señales de alarma. La curva de reservas lo dice todo: no ha parado de descender, pese a que ahora es pleno invierno. Ayer mismo, las reservas de agua en los embalses de la región eran de 490,4 millones de metros cúbicos, cuando la media del año pasado era de 760 (la media de los últimos cinco años también es superior: 680 millones de metros cúbicos para estas mismas fechas).

Desde hace un mes, el Canal está bombeando agua desde el Alberche, una operación a la que sólo se recurre en situaciones críticas porque hay que impulsar el agua desde Picadas, que está a una cota 400 metros inferior de la de Madrid. Cada metro cúbico de agua bombeado le cuesta al Canal un kilovatio/hora que tiene que pagar a las eléctricas.

No se puede tirar más de los pozos de reserva de la Sierra de Guadarrama. Pertenecen a la reserva estratégica a la que se acude en situaciones de sequía. De ellos puede extraerse agua un año, pero no más porque necesitan tres o cuatro para recuperarse.

Situación 'muy tensa'

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Los responsables de la Confederación del Tajo y del Canal reconocen que la situación es 'muy tensa' y que el sistema se encuentra 'muy tensionado', aunque todavía no se ha reconocido oficialmente.

Pero lo malo está por venir si continúa sin llover en la magnitud que necesita el sistema de recursos de los que se abastece el Canal. Porque mientras las reservas disminuyen, las necesidades aumentan. La brecha entre la oferta y la demanda no para de agrandarse debido al fortísimo aumento del consumo. El año pasado se incrementó nada menos que un 3,6%. Es la primera vez, desde la fuerte sequía de 1992-1993, que no se ha podido contener, según el Canal.

Desde ese periodo seco, tanto el Canal como el Ayuntamiento de Madrid han puesto en marcha iniciativas para frenar el consumo de agua, como la reutilización de aguas depuradas, la sustitución del riego de jardines (agua del Canal por otra procedente de depuradoras) o la mejora de las redes de conducción. ¿Qué ha pasado entonces?

La población y el número de nuevas viviendas se han disparado. Sólo en el último año, la población de la capital madrileña aumentó en 270.000 vecinos (de 2.998.741 en enero de 2001 a 3.062.462 en la actualidad, según el último censo), aparte de los miles de inmigrantes llegados a la región. También ha cambiado la tipología de la vivienda, debido a la proliferación de chalés adosados. Todos estos elementos son los que han disparado el consumo. 'Con un crecimiento anual del 4% del PIB y tantas nuevas viviendas, resulta difícil frenarlo', añade el Canal.

La alternativa para buscar nuevas fuentes, según los técnicos, está en las propuestas incluidas en el plan de la cuenca del Tajo y que se retiraron del Plan Hidrológico Nacional (presa de Pozo de los Ramos) ante las alegaciones presentadas en junio de 2000 por la Consejería de Medio Ambiente, que entonces no tenía la gestión del Canal entre sus competencias.

Mientras el Canal, por boca del consejero Mayor Oreja, decía entonces que no se podrían mantener los caudales ecológicos de los ríos en los próximos 10 años, el consejero Calvo Poch aseguraba que no serían necesarias nuevas infraestructuras, porque la demanda de agua potable en Madrid se había estabilizado y era necesario mantener la sostenibilidad ambiental del sistema hidrológico.

Miguel Cabrera y Francisco Flores, dos ingenieros de la Confederación Hidrográfica del Tajo, junto con el catedrático de presas Alfonso Álvarez, proponen en la revista de Obras Públicas construir sendos embalses (uno debajo de El Atazar, en el curso del Lozoya, y recrecer El Vado en el Jarama) 'para garantizar los abastecimientos de Madrid y Guadalajara y los caudales ecológicos'.

Calvo Poch ha rehusado opinar sobre estas propuestas que, de aceptarlas, le pondrían en un compromiso después de haber dicho hace un año que no a la construcción de nuevos embalses. Pero los responsables de planificación de la Confederación Hidrográfica del Tajo, que depende del Ministerio de Medio Ambiente, y del propio Canal lo ven como únicas alternativas (además de otro embalse en el Alberche, por encima del Burguillo) para garantizar los abastecimientos de Madrid y el corredor del Henares y lograr alcanzar los objetivos de calidad del agua circulante en los mencionados ríos, aguas abajo de los embalses que se proponen.

Recuperar los ríos para los peces y el baño

Pese al sistema de depuradoras instalado en Madrid, el agua que se devuelve a los ríos no alcanza un nivel de calidad apto para que vivan los peces ni para el baño de las personas. Castilla-La Mancha, que sufre el impacto de esos vertidos, especialmente en Toledo, no se conforma. Una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de esa región exige que por el Jarama circule un caudal ecológico suficiente para el hábitat de los ciprínidos. Por otro lado, el Plan Hidrológico Nacional compromete al Gobierno central a que en el plazo de un año como máximo, a contar desde que entró en vigor, deba elaborarse un plan sobre objetivos de calidad que incluya un plan de control de vertidos en toda la cuenca del río Tajo, que es adonde van a parar los vertidos de Madrid. Técnicos de la Confederación del Tajo aseguran que difícilmente se pueden mantener caudales ecológicos en ciertas épocas del año, si no se amplía la regulación de ciertos ríos, dado el régimen completamente 'irregular' de sus caudales.

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