Absuelto un británico que pasó 27 años en prisión por un crimen que no cometió

El sistema judicial y la policía del Reino Unido quedaron ayer en entredicho tras revocar el Tribunal de Apelación la sentencia que en 1973 había condenado a cárcel de por vida a Stephen Downing por un crimen que no cometió. A los 45 años de edad y tras pasar 27 en prisión, la vida le sonrió ayer como nunca a Stephen, que tenía 17 años cuando vio cómo asesinaban a una mujer y la policía le tomó por el criminal. Su confesión, tras nueve horas de interrogatorio e incomunicación, fue la única prueba en la que se basó la acusación. Desde entonces él siempre se declaró inocente.

El honor rec...

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El sistema judicial y la policía del Reino Unido quedaron ayer en entredicho tras revocar el Tribunal de Apelación la sentencia que en 1973 había condenado a cárcel de por vida a Stephen Downing por un crimen que no cometió. A los 45 años de edad y tras pasar 27 en prisión, la vida le sonrió ayer como nunca a Stephen, que tenía 17 años cuando vio cómo asesinaban a una mujer y la policía le tomó por el criminal. Su confesión, tras nueve horas de interrogatorio e incomunicación, fue la única prueba en la que se basó la acusación. Desde entonces él siempre se declaró inocente.

El honor recuperado le permitió ayer superar su evidente timidez y dirigirse al mundo desde las puertas del tribunal en Londres para dar las gracias a la gente que le ha ayudado. Una indemnización que oscilará entre un millón de libras (1.622.732 euros) o varios millones de libras, le ayudará a recuperar parte del tiempo perdido. Desde febrero pasado se encontraba ya en libertad provisional, al renunciar la fiscalía a ir contra los argumentos presentados por la defensa tras la reapertura del caso.

Stephen Downing tenía 17 años pero una edad mental de 11, y problemas para leer y escribir todavía, cuando firmó la fatal confesión que sirvió como única prueba para condenarle por el asesinato de Wendly Sewell, una secretaria de 34 años. El ataque a la mujer ocurrió en el cementerio de Bakewell, en Derbyshire, donde él trabajaba de ayudante. Tras nueve horas de interrogatorio, sin la ayuda de ningún abogado y sin poder contactar con su familia, éste firmó una declaración en la que admitía haber atacado a la secretaria. De nada le sirvió luego desdecirse. Wendly Sewell murió al cabo de dos días y Stephen fue condenado por asesinato.

Campaña en la prensa

Su caso llegó 20 años después a oídos de Don Hale, editor de un modesto semanario local, el Matlock Mercury. Él sí creyó en la inocencia de Stephen y empezó una campaña para conseguir la revisión del proceso. Tras una larga batalla legal, los jueces emitieron ayer una nueva sentencia en la que no le declaran inocente, pero revocan la que le condenaba por considerar que el proceso no fue lo bastante limpio. Los jueces admiten la debilidad de las pruebas presentadas contra Stephen basadas en un interrogatorio en el que no se dieron las mínimas condiciones que exige el sistema judicial británico.

La policía de Derbyshire acató ayer la sentencia pero no entonó ningún mea culpa. Se limitó a puntualizar que todas las pruebas presentadas luego por los amigos de Stephen fueron investigadas pero que ninguna de ellas tenía la consistencia suficiente.

El tiempo ha demostrado que lo que no tenía consistencia eran las presentadas por la policía y que han hecho pasar injustamente a un hombre tres quintas partes de su vida en prisión.

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