Absuelta la mayoría de los procesados por una estafa mercantil en Granada

La Audiencia Provincial de Granada absolvió ayer a 14 de las 19 personas que habían sido acusadas de estafar 148 millones de pesetas mediante el timo del Nazareno con la compra de bebidas y otras mercancías a diferentes empresas por parte de sociedades fantasmas que luego desaparecían sin pagar. Para los dos principales acusados, la pena ha sido de un año y seis meses de prisión, varios meses de arresto y el pago de una multa de 100.000 pesetas.

La fiscalía había solicitado durante el juicio una pena global de 117 años de prisión para todos los acusados de haber estado estafando,...

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La Audiencia Provincial de Granada absolvió ayer a 14 de las 19 personas que habían sido acusadas de estafar 148 millones de pesetas mediante el timo del Nazareno con la compra de bebidas y otras mercancías a diferentes empresas por parte de sociedades fantasmas que luego desaparecían sin pagar. Para los dos principales acusados, la pena ha sido de un año y seis meses de prisión, varios meses de arresto y el pago de una multa de 100.000 pesetas.

La fiscalía había solicitado durante el juicio una pena global de 117 años de prisión para todos los acusados de haber estado estafando, durante tres años, a varias empresas mayoristas de Granada. El tribunal considera, sin embargo, que la mayoría de los implicados, generalmente familiares que aparecían como titulares de empresas fantasmas, no estaba al tanto de las estafas que se producían.

Los ahora condenados, Manuel Morales y Pedro Guijarro, como responsables, y José Luis Encinas, Juan Bautista Moreno y Miguel Morales, crearon, entre 1992 y 1995, empresas ficticias dedicadas a la distribución de mercancías que adquirían a grandes empresas mayoristas aportando supuestas pruebas de una notable solvencia económica. El material que adquirían lo vendían posteriormente a bajo precio a supermercados que los mismos acusados gestionaban, mientras que las empresas que habían creado eran transferidas a personas sin solvencia en cuanto los acreedores comenzaban a reclamar el pago de las deudas y a sospechar que habían sido objeto de engaños y maquinaciones.

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