En libertad 7 búlgaros detenidos por explotar a compatriotas

Mas dice que la investigación sobre la red mafiosa sigue abierta

El Juzgado de Instrucción número 2 de Xàtiva decretó ayer la libertad provisional para los siete inmigrantes búlgaros detenidos las semana pasada por explotar a compatriotas reteniendo sus documentaciones y obligándoles a trabajar en campos de Llanera de Ranes y L'Alcúdia de Crespins (La Costera) por 1.000 pesetas en 15 días. El juez ha abierto una causa por un presunto delito contra la seguridad de los ciudadanos y ha establecido que algunos acusados comparezcan todos los lunes, miércoles y viernes.

Los inmigrantes búlgaros detenidos, cinco hombres de entre 25 y 35 años, y dos mujeres ...

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El Juzgado de Instrucción número 2 de Xàtiva decretó ayer la libertad provisional para los siete inmigrantes búlgaros detenidos las semana pasada por explotar a compatriotas reteniendo sus documentaciones y obligándoles a trabajar en campos de Llanera de Ranes y L'Alcúdia de Crespins (La Costera) por 1.000 pesetas en 15 días. El juez ha abierto una causa por un presunto delito contra la seguridad de los ciudadanos y ha establecido que algunos acusados comparezcan todos los lunes, miércoles y viernes.

Los inmigrantes búlgaros detenidos, cinco hombres de entre 25 y 35 años, y dos mujeres de 29 y 31 años, están acusados de pertenecer a una red de inmigración ilegal que traía a compatriotas en autocares y los explotaba casi en régimen de esclavitud en campos valencianos. Según las primeras pesquisas, agentes de la brigada de extranjería y documentación de la Jefatura Superior de Policía de Valencia tuvieron conocimiento de la llegada de una autocar con 50 ciudadanos búlgaros a L'Alcúdia de Crespins.

Allí fueron recibidos por el cabecilla de la organización y otro de los detenidos, que les retiraron la documentación y el dinero que portaban. Los desventurados inmigrantes fueron alojados después en viviendas semiderruidas de Llanera de Ranes y Ontinyent, sin luz, ni agua y en condiciones de hacinamiento y falta de higiene. Dada la falta de espacio, muchos tenían que dormir en el suelo.

En estos inmuebles se ha identificado a 40 inmigrantes, que según confesaron a la policía, eran maltratados y hasta recibían 'palizas arbitrarias'. Al parecer, en su país de origen les prometían sueldos del primer mundo por venir a trabajar a España. Una vez en La Costera, controlados, indocumentados y sin dinero, se les obligaba a trabajar en el campo, adonde eran trasladados en coches al parecer robados. Y del salario prometido, nada. Al parecer, el que más cobró sólo percibió 3.000 pesetas. Y los que menos trabajaron por una media de 66 pesetas al día.

Tras prestar declaración, los siete presuntos miembros de una red de inmigración ilegal fueron puestos en libertad provisional. Se les acusa de un delito contra el derecho de los ciudadanos extranjeros y contra el derecho de los trabajadores. Algunos tendrán que comparecer en el juzgado todos los lunes, miércoles y viernes. Otros acudirán sólo una vez por semana.

Colaboración policial

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Mientras, sus víctimas, pese a haber trabajado en situación irregular (sin permiso de trabajo), permanecen en libertad. La Ley de Extranjería permite la estancia en España a todos los inmigrantes sin papeles que hayan sido víctimas de redes mafiosas de explotación laboral siempres que colaboren con la policía.

A pesar de que los acusados han quedado libres, la delegada del Gobierno en la Comunidad, Carmen Mas, afirmó ayer que la investigación sobre la red mafiosa sigue abierta y que no se descartan nuevas detenciones en los próximos días: 'No se sabe si va a haber más aunque todo apunta a que puede haber más implicados'. Mas dijo que se está revisando la situación de todos los detenidos en relación a la ley de Estranjería, para a partir de ahí tomar las medidas que sean necesarias.

Según fuentes policiales, los vecinos de L'Alcúdia de Crespins habían detectado desde hace meses la presencia constante de inmigrantes de origen bulgaro y se habían extrañado de que los ahora identificados como cabecillas hicieran gala sin ningún tipo de prudencia de un nivel de vida ostentoso. Según algunos testimonios, muchos de los inmigrantes permanecían pocos días y las idas y venidas han sido constantes. Los mismos vecinos declararon desconocer las condiciones de trabajo en las que se encontraban los búlgaros captados por esta red, aunque sí presumían que las viviendas, semiabandonadas, no contaban con las condiciones mínimas.

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