Una treintena de cortos compite en el Festival de Alcalá, rebautizado 'Alcine'

El gran banquete anual de celuloide de Alcalá, que ofrece el material recién sacado del horno por los nuevos cocinillas de la industria, el Festival de Cine Alcalá de Henares-Comunidad de Madrid, tomará al asalto entre hoy y el día 18 todas las pantallas grandes del casco histórico. Sus promotores han decidido sintetizar su nombre en una sola palabra, Alcine, con el número de la edición (31º) al lado. El plato fuerte es el corto, y compiten por los cinco millones en premios 37 obras de este formato, 16 de ellas producidas en Madrid.

El presupuesto del festival (www.festivalcinealcala.co...

El gran banquete anual de celuloide de Alcalá, que ofrece el material recién sacado del horno por los nuevos cocinillas de la industria, el Festival de Cine Alcalá de Henares-Comunidad de Madrid, tomará al asalto entre hoy y el día 18 todas las pantallas grandes del casco histórico. Sus promotores han decidido sintetizar su nombre en una sola palabra, Alcine, con el número de la edición (31º) al lado. El plato fuerte es el corto, y compiten por los cinco millones en premios 37 obras de este formato, 16 de ellas producidas en Madrid.

El presupuesto del festival (www.festivalcinealcala.com) es el mismo que el de 2000, 50 millones de pesetas. El Ayuntamiento de Alcalá y la Comunidad de Madrid, a través de la Consejería de las Artes, aportan 16, otros dos el Ministerio de Educación y Cultura y el resto, los patrocinadores privados. En esta edición se incorporan dos nuevos premios. Uno para los cortos, el Madridfilm a la mejor fotografía, dotado con medio millón de pesetas en material, y otro para los vídeos, el de mejor guión, sin dotación económica.

Al Certamen Nacional de Cortos, la sección veterana, se presentaron 161 obras, 30 más que a la anterior convocatoria, lo que en palabras de los organizadores refleja que la producción en este formato está en proceso ascendente. Entre los cortos seleccionados predomina la ficción con actores de carne y hueso. Sólo hay dos cortos de animación y, a pesar de que el año pasado los reportajes arrasaron con el palmarés, sólo concursa un documental, Sin libertad, de Iñaki Arteta, que recoge testimonios de víctimas del terrorismo.

La presencia creciente en la región de personas procedentes de otros países no ha pasado desapercibida a los cineastas y tres de los cortos producidos en Madrid tienen la emigración como tema. En El conde inglés, de Clara López, Miriam es una niña marroquí que sueña con la figura de un conde muy rico que hace regalos a todos, menos a ella. En Esconde la mano, de Nicolás Méndez, Junio y Chan-li son compañeros de cole. Y en Mar de cemento, de Luis Ramírez, Lobo, un ex boxeador, transporta ilegales en su furgoneta.

Alcine ha dividido los cortos en seis paquetes y todos se proyectarán este fin de semana en el teatro Salón Cervantes, en pases a las 17.30, 20 y 22.30 (400 pesetas). Las proyecciones continúan durante la semana próxima, pero la condición de estreno de los dos primeros días hace que estas proyecciones disfruten de una calidez especial, gracias a la asistencia sus artífices y sus respectivas clac.

En la sección Pantalla abierta, dedicada a autores que no tengan en su haber más de tres largometrajes, se estrenarán la semana próxima, también en el Salón Cervantes, seis cintas. Fernando León de Aranoa (Familia y Barrio) es el participante más conocido. Concursa con Caminantes, un documental sobre la marcha zapatista que incluye una entrevista al comandante Marcos (día 13, 22.30). León de Aranoa ya debutó en su día con buen pie, pues su corto Sirenas, el primero que realizó, se llevó el Premio Comunidad de Madrid. También concursan en esta sección Stranded (Náufragos), de Luna; Nómadas, de Gonzalo López-Gallego; No turning back, de Jesús Nebot y Julia Montejo; Oro Diablo, de José Ramón Novoa; y Portman, la sombra de Roberto, de Miguel Martí.

En la tercera sección competitiva, la de videocreación de la Comunidad de Madrid, concursan 25 obras.