OPINIÓN DEL LECTOR

No a la guerra

Me estremece pensar en la cantidad de tragedias que la intolerancia provoca cada segundo en todo el mundo. Me estremece pensarlo porque, todavía, después de 60 años, al acercarse estas fechas de Todos lo Santos, mi padre vuelve a ser aquel niño de 9 años al que le arrebataron, de la forma más cruel y violenta, a su padre. Después de 60 años, sigue derramando lágrimas y revive la tragedia. Vuelve al cementerio de Paterna a visitar la fosa común que guarda los restos de mi abuelo, fundido en un último abrazo con otros 400 republicanos más fusilados, la antigua fosa 21. Mi abuela nunca pudo super...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Me estremece pensar en la cantidad de tragedias que la intolerancia provoca cada segundo en todo el mundo. Me estremece pensarlo porque, todavía, después de 60 años, al acercarse estas fechas de Todos lo Santos, mi padre vuelve a ser aquel niño de 9 años al que le arrebataron, de la forma más cruel y violenta, a su padre. Después de 60 años, sigue derramando lágrimas y revive la tragedia. Vuelve al cementerio de Paterna a visitar la fosa común que guarda los restos de mi abuelo, fundido en un último abrazo con otros 400 republicanos más fusilados, la antigua fosa 21. Mi abuela nunca pudo superarlo, mi padre tampoco, pero tuvo un gesto de amor hacia mí que me llena de esperanza: aunque siempre supo la persona del pueblo que lo mató, y más de una vez ha tenido que cambiar de acera para no cruzarse con ella, nunca me lo dijo.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En