El fiscal jefe insiste en que el juez de vigilancia no ha incurrido en prevaricación

El fiscal jefe, Enrique Beltrán, se reafirmó ayer en su petición de sobreseimiento provisional del procedimiento abreviado seguido contra el juez de Vigilancia Penitenciaria de Castellón y Valencia, Ernesto Alberola, pos dos supuestos delitos de prevaricación. Beltrán considera que los hechos relatados por el juez instructor, Juan Montero, en el auto por el que pide al Fiscal General del Estado, Jesús Cardenal, que se pronuncie sobre si procede o no sostener la acusación son ciertos. Sin embargo, entiende el fiscal jefe que 'aún siendo ciertos no me parecen suficientes para sostener una acusac...

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El fiscal jefe, Enrique Beltrán, se reafirmó ayer en su petición de sobreseimiento provisional del procedimiento abreviado seguido contra el juez de Vigilancia Penitenciaria de Castellón y Valencia, Ernesto Alberola, pos dos supuestos delitos de prevaricación. Beltrán considera que los hechos relatados por el juez instructor, Juan Montero, en el auto por el que pide al Fiscal General del Estado, Jesús Cardenal, que se pronuncie sobre si procede o no sostener la acusación son ciertos. Sin embargo, entiende el fiscal jefe que 'aún siendo ciertos no me parecen suficientes para sostener una acusación y por eso creo que lo conveniente es el sobreseimiento provisional'.

El fiscal jefe mantiene una discrepancia con el instructor del caso. Según su testimonio lo que ocurre es que 'cada uno de nosotros hace una interpretación de la ley, nada más'. Enrique Beltrán puntualizó ayer que tras la reunión de la junta de fiscales coordinadores -en la que también participó el fiscal de Vigilancia Penitenciaria- las discrepancias se concretaron en una postura en favor de la apertura del juicio oral y otra en la que las dudas hicieron imposible un pronunciamiento claro. Además, aclaró que su consulta con el fiscal general del Estado antes de pronunciarse sobre el sobreseimiento fue una visita personal a Madrid. En el encuentro estuvieron presentes el teniente fiscal y dos fiscales asesores, además del propio Cardenal. 'No alcanzo a entender porque ahora el magistrado Montero acude al Fiscal General del Estado', agregó. Sea como fuere, las diferencias son evidentes. Mientras el juez instructor busca el pronunciamiento de un superior a Beltrán sobre unos hechos que entiende podrían ser constitutivos de delito, Beltrán mantiene que aún siendo ciertos -la concesión de permisos y progresiones de grado desoyendo dictámenes de la Audiencia- no son suficientes para acusar.

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