OPINIÓN DEL LECTOR

El alcalde taumaturgo

Me asombran las cualidades taumatúrgicas del señor Álvarez del Manzano, alcalde de Madrid. En poco tiempo ha obrado varios milagros: convertir la calle y plaza Conde de Miranda en un aparcamiento público, no para residentes, sino para todo aquel que desee dejar su automóvil mientras cena, por ejemplo, en los restaurantes de la zona del Madrid de los Austrias; plantar unos arbolitos que, por falta de cuidado, algunos se han secado en unas semanas; hacer desaparecer los bolardos existentes antes de la 'remodelación', así como los macetones que impedían el aparcamiento en los laterales....

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Me asombran las cualidades taumatúrgicas del señor Álvarez del Manzano, alcalde de Madrid. En poco tiempo ha obrado varios milagros: convertir la calle y plaza Conde de Miranda en un aparcamiento público, no para residentes, sino para todo aquel que desee dejar su automóvil mientras cena, por ejemplo, en los restaurantes de la zona del Madrid de los Austrias; plantar unos arbolitos que, por falta de cuidado, algunos se han secado en unas semanas; hacer desaparecer los bolardos existentes antes de la 'remodelación', así como los macetones que impedían el aparcamiento en los laterales.

Prodigio llamo yo el hacer desaparecer al guardia municipal que durante las horas de oficina cuida que no se aparque a las puertas de una oficina municipal, o poner un disco de dirección prohibida con la advertencia de 'sólo garajes', al que nadie hace caso, con lo cual nuestro alcalde consigue que su autoridad como tal quede en entredicho. No digamos la inutilidad de un bolardo automático, a la entrada de la calle, enterrado sin que nadie sepa de su utilidad.

Finalmente, resulta prodigioso lo que ha conseguido: que los vecinos no podamos entrar en nuestras viviendas, que en caso de emergencia, incluso los ateos nos encomendemos a Dios, ya que no podrán pasar ambulancias ni coches de bomberos.

Sólo nos falta que cuando terminen las obras en la plaza contigua, Conde de Barajas, actúe de la misma manera y, como colofón, nos coloque en Centro una Violetera cutre.

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