Reportaje:

La noche de las mil y una músicas

Éxito de público en el festival que reivindica, en el café La Fídula, la necesidad de escenarios para los géneros minoritarios

En tiempos en los que el pop y el rock acaparan toda la atención musical y cuando sólo parece que existe lo que copa las listas de éxitos, suena a rabiar en todas las emisoras o llena los grandes estadios o plazas de toros, parece un espejismo que unos cantos sefardíes, un recitado de poesía junto a un piano, una recreación del tango instrumental o cantado, una gala de ópera, un concierto barroco, un recuerdo a la canción francesa, una mezcla de jazz con cante jondo, una tanda de bossa novas o un paseo por la música medieval y renacentista puedan llenar un bar de la noche madrileña.
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En tiempos en los que el pop y el rock acaparan toda la atención musical y cuando sólo parece que existe lo que copa las listas de éxitos, suena a rabiar en todas las emisoras o llena los grandes estadios o plazas de toros, parece un espejismo que unos cantos sefardíes, un recitado de poesía junto a un piano, una recreación del tango instrumental o cantado, una gala de ópera, un concierto barroco, un recuerdo a la canción francesa, una mezcla de jazz con cante jondo, una tanda de bossa novas o un paseo por la música medieval y renacentista puedan llenar un bar de la noche madrileña.

Eso está pasando desde el pasado jueves en La Fídula, un recoleto café-concierto que funciona en pleno bullicio de la calle de las Huertas, una de las más concurridas zonas de copas de la capital. El I Festival Internacional de Música en La Noche tiene la culpa de que las veladas de La Fídula se hayan convertido estos días en un lugar inevitable para todos aquéllos que disfrutan de otros tipos de músicas ajenos a las modas y a las corrientes contemporáneas.

La Fídula, inaugurada en Madrid en 1978 sobre una antigua tienda de ultramarinos -aún conserva algunos carteles de cuando se dedicaba a esa función-, se ha considerado siempre un refugio para las músicas minoritarias. Como sus primeros socios estaban muy vinculados a la música antigua (el propio nombre está sacado de un instrumento en desuso, fídula, antecedente del violín y casi idéntico a la vihuela da gamba), durante muchos años sólo programó actuaciones relacionadas con ella, así como canto y música clásica. Un cambio de socios y dirección introdujo el jazz, el tango, la bossa o la canción francesa, que es lo que suele acaparar sus actividades artísticas el resto del año.

Rigor y seriedad

El rigor y seriedad con el que está planteado el festival no están reñidos con la diversión. El martes por la noche, por ejemplo, el grupo Raíces mostró lo más pícaro del cancionero sefardí. Su cantante, María Luisa García, una experta en música tradicional que colabora en la radio con Iñaki Gabilondo para hablar de folclor y músicas populares, explicaba antes de cada canción su verdadero significado, a menudo con connotaciones amorosas subidas de tono, así como su origen geográfico y año aproximado. Una especie de lección magistral sobre la diáspora de los judíos tras su expulsión de España (Sefarard, en lengua judeo-española, algo así como la tierra prometida) por orden de los Reyes Católicos, y de cómo había cambiado su música según los países en los que se establecieron sin perder la esencia original española.

La alusión a la tolerancia en la España de las tres culturas sirvió a María Luisa García para hacer una exaltación del propio festival, pues en él conviven también, sin quitarse espacio, un 'montón de músicas que es difícil escuchar en directo en otros lugares'.

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Carlos Montero, que en la noche del martes acompañó a la guitarra al grupo Raíces, del que es arreglista, siguió anoche con el tango, el género que le ha dado fama y reconocimiento y del que es un auténtico maestro. Poseedor de un Gardel de Oro, máxima distinción en el mundo del tango, justificaba así su incursión en lo sefardí: 'Tengo necesidad de abrirme a otras músicas, para valorar mejor la mía'.

Barroco y 'bossa nova'

La flauta de Alicia Sueskun, acompañada del piano de Pablo Ruiz, abren hoy la noche con música barroca que pasa por Bach, Vivaldi o Haendel, y luego sonará la bossa nova en la garganta de terciopelo de Beatrice Binotti acompañada por el guitarrista David Tavares y el percusionista Rogeiro de Souza. Mañana, viernes, el escenario de La Fídula se llenará de soldaditos de plomo, canicas y otros cachivaches porque la Compañía de Cantos y Cuentos recrea con ellos Los cuentos de Obaba, de Bernardo Atxaga. Las guitarras de Pájaro Juárez e Israel Sandoval, y el contrabajo de Álex Hernández homenajearán después a Django Reinhardt, que revolucionó la guitarra en el jazz.

Los Goliardos, el sábado, interpretarán musical medieval y renacentista antes de que Nono García acompañe a la guitarra el cante de Eva Durán. El domingo se pone fin a este I Festival Internacional de Música en la Noche con un recuerdo a la música americana de cine con las voces de Paloma Berganza, Carmen Terrón y Juan Coloma, acompañados al piano por Horacio Icasto, al contrabajo por Víctor Merlo y con la batería de Noah Shaye.

Beatrice Binotti con David Tavares (guitarra) y Rogeiro de Souza (percusión), en una imagen de la página web.

De Huertas al ciberespacio

Para Víctor de Blas, uno de los socios del café-concierto La Fídula y organizador de este primer Festival Internacional de Música en la Noche, 'existe una problemática relacionada con músicos, actores, poetas y artistas de todo tipo a los que, aunque aportan propuestas muy interesantes y muy bien acogidas, se les califica de elitistas o marginales porque carecen de interés comercial'. A este tipo de artistas a los que se refiere, que parecen no existir porque no entran en los grandes circuitos de producción musical y teatral, sólo les quedan para sobrevivir los pequeños escenarios nocturnos. De ahí que, para De Blas, sea vital 'la permanencia de los cafés concierto, cafés teatro o cabarés literarios, así como la creación de plataformas o espacios alternativos donde, con criterio y espíritu abierto e integrador, se puedan manifestar los diferentes artistas o agrupaciones'. Para cubrir en parte esas necesidades han creado www.noctamusic.com, una página en la Red que, además de informar del festival, sirve de plataforma de lanzamiento y promoción de los artistas que participan, pues en ella se incluyen sus contactos para los programadores culturales, empresarios y profesionales del espectáculo que estén interesados en su contratación.

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