Reportaje:

Día de descubrimientos en las fiestas de Gràcia

El barrio barcelonés empieza la celebración vistiendo las calles con sus mejores galas

Miércoles por la mañana. Día de fiesta. Bochorno y alguna que otra resaca. Gràcia amaneció el primer día de su fiesta mayor con las tradicionales matinades, un fenómeno que sólo conocen y sufren los vecinos del barrio. Eso si no han tenido que pasar la noche en vela ultimando los detalles de la decoración de las calles, como en la de Providència, donde una cuadrilla intentaba terminar a media mañana de ayer el templo budista con el que participan en el concurso de calles engalanadas: 'Aún nos queda la portalada. ¡Ufffff!', se lamentaban. Aunque también los había que, sencillamente, prol...

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Miércoles por la mañana. Día de fiesta. Bochorno y alguna que otra resaca. Gràcia amaneció el primer día de su fiesta mayor con las tradicionales matinades, un fenómeno que sólo conocen y sufren los vecinos del barrio. Eso si no han tenido que pasar la noche en vela ultimando los detalles de la decoración de las calles, como en la de Providència, donde una cuadrilla intentaba terminar a media mañana de ayer el templo budista con el que participan en el concurso de calles engalanadas: 'Aún nos queda la portalada. ¡Ufffff!', se lamentaban. Aunque también los había que, sencillamente, prolongaron la juerga hasta quedar rendidos en un banco tumbados a pleno sol.

Entre las cercaviles y el ritual paseo por las calles engalanadas -que hasta los gracienses siguen mapa en mano para no perderse ni una-, el barrio empezó a acoger a las multitudes que, año tras año, convierten su fiesta mayor en una de las más concurridas de los barrios de Barcelona. En el tramo superior de la calle de Verdi (entre Providència y Martí), ganador del premio a la calle mejor engalanada en las dos últimas ediciones, continúan en su línea espectacular. En esta ocasión el tema escogido ha sido la cárcel. Una prisión con cierto tono peliculero. Unos presos gigantes -vestidos con el consabido traje a rayas negras y blancas- huyen en una de las dos portaladas mientras unos guardias les van a la zaga. El escote de la señora policía merece comentarios elogiosos de los transeúntes: '¿Has visto el canalillo?', se oye. En medio de la calle, un discreto vis-à-vis que despierta la curiosidad de una niña -'qué raro... ¡no se entiende!'- a la que nadie saca de dudas.

Ante tanta alegre procacidad, dos calles han optado por la abstracción. Se trata del tramo de Verdi que va de Robí a Providència, que se ha convertido en una alusión colorista a los cuatro elementos. Y el tramo de Joan Blanques entre Encarnació y Congost, donde la cosa va de utopías en forma de flores y estrellas de plástico. Lástima que uno de los carteles que reproducen la palabra utopía esté situado al lado de una señal que prohíbe aparcar. Para preservar el recuerdo del decorado, los de la comisión de fiestas de este trozo de calle, que el año pasado quedó segundo en la competición, han organizado un concurso fotográfico cuyo tema es: Guarniments o activitats del carrer Joan Blanques (Encarnació-Congost) del dia 11 al 21 d'agost del 2001. Los premios: 20.000 pesetas más trofeo para el ganador y 10.000 más trofeo para el segundo.

En la plaza del Diamant son más reivindicativos. Este año se han dado de baja de la Federació Festa Major de Gràcia porque no comparten el proyecto para crear una fundación que permitiría a los patrocinadores privados desgravar sus aportaciones económicas para la organización de las fiestas. En un cartel denuncian que la fundación propiciará 'la futura mercantilización' de las fiestas, algo que Quim Font, ex miembro de la federación y uno de los que ha impulsado el proyecto para crear la fundación, niega con rotundidad: 'La fundación, que de momento es un proyecto, nos permitirá crear un marco más amplio para gestionar la fiesta. Los decorados, la contratación de grupos y orquestas y la organización de actividades cuestan cada vez más dinero y tenemos que optimizar nuestros pocos recursos, puesto que todos los actos son gratuitos y están abiertos a toda la sociedad. En todo caso, la fiesta mayor de Gràcia seguirá siendo gestionada, controlada y dirigida por los vecinos, las asociaciones y la federación'.

Tras este receso para la polémica, el recorrido continúa entre pirámides (plaza del Poble Romaní), molinos (plaza del Raspall), infiernos (tramo inferior de Joan Blanques y Mozart), parrilladas de verduras (Puigmartí), jardines (Casal d'Avis Siracusa y Torres) y juegos de mesa, como en la calle de la Llibertat, donde se han ingeniado un Gràciapoly cuyos billetes contienen la efigie de los miembros de su comisión de fiestas. Por el camino, algún otro descubrimiento: en la calle de Tordera, por ejemplo, un espontáneo ha pintado los pilones que prohíben aparcar como si fueran las setas donde moraban los pitufos.

Hoy las fiestas continúan con un festival de música en el que participarán seis grupos de las islas Baleares, Delirio Cubano y Doctor Calypso (calle de Bailèn, 21.00), el concierto de Sílvia Comes y Lídia Pujol (oratorio de Sant Felip Neri; Sol, 8; 22.00), un festival de danzas orientales (paseo de Sant Joan, 22.30), La Vella Dixieland (Joan Blanques entre Sant Lluís y Encarnació, 22.30), Salseta del Poble Sec (Providència, 23.00), Sabor de Gràcia (Reig i Bonet, 23.30), Goldfinger (Torrijos, 22.30), entre otras muchas actividades.

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El pasacalle de ayer por la mañana en Gràcia.MANOLO S. URBANO

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