Una funeraria envía a Palamós un cadáver de Mollet y viceversa

El jueves pasado los miembros de una familia de Palamós (Baix Empordà) cuyo abuelo acababa de fallecer por accidente se dieron cuenta en el último instante de que el cadáver que iban a sepultar no era el de su 'ser querido', sino el de otro individuo a quien no habían visto nunca. Lo mismo ocurría en Mollet del Vallès, donde una familia gitana estuvo a punto de enterrar el cadáver que echaban en falta en Palamós y no a la persona a quien esperaban dar sepultura.

Josep Fortuny, popular pescador de Palamós, había sido ingresado en la Vall d'Hebron el pasado 4 de julio a causa de un grave ...

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El jueves pasado los miembros de una familia de Palamós (Baix Empordà) cuyo abuelo acababa de fallecer por accidente se dieron cuenta en el último instante de que el cadáver que iban a sepultar no era el de su 'ser querido', sino el de otro individuo a quien no habían visto nunca. Lo mismo ocurría en Mollet del Vallès, donde una familia gitana estuvo a punto de enterrar el cadáver que echaban en falta en Palamós y no a la persona a quien esperaban dar sepultura.

Josep Fortuny, popular pescador de Palamós, había sido ingresado en la Vall d'Hebron el pasado 4 de julio a causa de un grave accidente que había sufrido en el puerto de Sant Feliu de Guíxols (Baix Empordà) cuando estaba manipulando los productos químicos que los pescadores utilizan para elaborar la resina con la que reparan sus embarcaciones. El martes pasado falleció a consecuencia de las heridas sufridas en el accidente.

El Hospital de La Vall d'Hebron remitió el cadáver de Josep Fortuny a l'Hospital Clínic de Barcelona a fin de que en ese centro le practicaran la autopsia, preceptiva en los casos de muerte por accidente.

Una vez los forenses hubieron practicado la autopsia, los Servicios Funerarios de Barcelona procedieron a trasladar el cuerpo de Josep Fortuny al tanatorio de Palamós para que sus familiares le dieran sepultura.

El funeral estaba previsto para las seis de la tarde. Sin embargo, en algún punto de esta cadena debió de producirse algún error, ya que cuando la familia Fortuny quiso ver por última vez el rostro de su ser querido se encontró con que en el féretro yacía el cuerpo de una persona completamente desconocida para ellos.

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Sorprendidos y enojados, los hijos y la viuda de Josep Fortuny avisaron de la insólita situación a los servicios funerarios de Palamós. Éstos, inmediatamente se pusieron en contacto con los servicios de Barcelona. Al cabo de unas angustiosas horas, los Servicios Funerarios de Barcelona les comunicaron que ya habían localizado el cuerpo de Josep Fortuny. Éste había estado a punto de ser enterrado por una familia gitana que aquella tarde también se disponía a sepultar a un hombre de su familia.

La familia de Mollet se percató del error a tiempo y alertó a los servicios funerarios.

Finalmente, Josep Fortuny pudo ser enterrado por su familia en el cementerio de Palamós, aunque, eso sí, tres horas más tarde de lo inicialmente previsto. Adela Míguez, viuda de Josep Fortuny, lamenta especialmente que nadie de los Servicios Funerarios de Barcelona se pusiera en contacto con ellos para ofrecerles una explicación o disculparse y, en cuanto se aclaren los hechos, no descarta exigir responsabilidades por el error.

La familia del segundo fallecido reclamó el derecho a preservar su identidad.

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