35 artistas plásticos despliegan en San Sebastián sus visiones sobre la música
Parte de los trabajos se inspiran en la figura y la obra de Verdi
La galería donostiarra Arteko se ha sumado a la celebración de la Quincena Musical con la exposición Música, Ópera, Verdi, en la que 35 artistas plasman, con diferentes técnicas y estilos, sus ideas sobre la música y, algunos de ellos, sobre el compositor italiano, el centenario de cuyo fallecimiento se comemora este año. La muestra, que permanecerá abierta hasta el 30 de septiembre, reúne desde óleos hasta figurillas de porcelana, pasando por grabados, collages e instrumentos que sólo existen en la imaginación de su autor.
La galería Arteko (Secundino Esnaol...
La galería donostiarra Arteko se ha sumado a la celebración de la Quincena Musical con la exposición Música, Ópera, Verdi, en la que 35 artistas plasman, con diferentes técnicas y estilos, sus ideas sobre la música y, algunos de ellos, sobre el compositor italiano, el centenario de cuyo fallecimiento se comemora este año. La muestra, que permanecerá abierta hasta el 30 de septiembre, reúne desde óleos hasta figurillas de porcelana, pasando por grabados, collages e instrumentos que sólo existen en la imaginación de su autor.
La galería Arteko (Secundino Esnaola, 3) lleva ya varios veranos organizando exposiciones colectivas relacionadas con las actividades culturales que se desarrollan al tiempo en San Sebastián, en un intento de poner en contacto las diferentes expresiones artísticas. Si en años anteriores les tocó el turno al Festival de Cine y al Aquarium, en esta ocasión ha sido la Quincena Musical el evento elegido para invitar a 35 artistas a dar su visión de la música.
En un principio, Cristina de la Fuente, propietaria de la galería, barajó la idea de dedicar la muestra sólo a Verdi, sumándose así a la celebración de su centenario. Pero luego pensó que el tema era 'exageradamente concreto' y amplió el proyecto a toda la ópera y la música.
Bajo estas pautas, las propuestas de los artistas plásticos han sido variadas. El donostiarra José María Salaberria, quien ya visitó Arteko con una exposición individual sobre objetos móviles, presenta una bailarina dentro de una caja y hace un juego de palabras con el título de la obra: Di-Ver Di-Ver Di-Ver Di-Ver.
También la vitoriana Juncal Ballestín se detiene en la figura del compositor italiano. Su trabajo De pies a cabeza ofrece un texto del propio Verdi escrito sobre un espejo veneciano en el que se refleja el espectador, que a sus pies encuentra una representación de las hormas de los zapatos del músico.
Pepa Ugarte, también donostiarra, se ha inspirado en las óperas del compositor italiano a la hora de dar vida a sus óleos sobre tablas, que, tal y como explica De la Fuente, tienen cierta 'tridimensionalidad', ya que por detrás reflejan una cortina cerrada y por delante plasman diferentes pasajes de obras como Otello, Aida o Rigoletto.
La artista francesa Lydie Arrick va más allá del autor de La Traviata y sugiere en su cuadro Sueño musical una mezcla entre pintura, danza y música, mostrando un extraño bailarín que se va diluyendo en la tela. Los delicados trazos de tinta china sobre papel japonés de Arantxa Guereño están llenos igualmente de musicalidad, como lo están las pinturas abstractas y coloristas de Juan Luis Goenaga.
Otros autores han preferido centrarse en los instrumentos y elementos musicales. Nicolás Alba ha esculpido dos instrumentos que sólo existen en su imaginación, mientras que María José Gascón recurre a sus omúnculos, seres deformes, para presentar uno de ellos con una trompeta.
La fotografía virada de Cecilia Posada representa la repetición del sonido, mientras que Federico Alonso trabaja sobre el silencio. El malagueño Brinkmann, premio nacional de grabado, aporta una partitura, mientras que su paisano Paco Aguilar sustituye sus habituales figuritas humanas por unos pentagramas muy sutiles con notas musicales.