Personalidades palestinas e israelíes piden negociaciones y el fin de la violencia

Pretenden demostrar que existe un frente de paz en los dos bandos

Sesenta intelectuales y políticos palestinos e israelíes, encabezados por el ex ministro de Justicia Yossi Beilin y el responsable de comunicación de la Autoridad Nacional Palestina, Yasser Abed Rabbo, han firmado un llamamiento conjunto en el que piden el fin de la violencia y el retorno a la mesa de negociaciones. Este documento será publicado hoy en la prensa israelí y mañana en la palestina, coincidiendo con los diez meses de la Intifada.

El documento exige el fin de la violencia de cada uno de los dos bandos, pero al mismo tiempo reclama la aplicación puntual y rápida en su totalid...

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Sesenta intelectuales y políticos palestinos e israelíes, encabezados por el ex ministro de Justicia Yossi Beilin y el responsable de comunicación de la Autoridad Nacional Palestina, Yasser Abed Rabbo, han firmado un llamamiento conjunto en el que piden el fin de la violencia y el retorno a la mesa de negociaciones. Este documento será publicado hoy en la prensa israelí y mañana en la palestina, coincidiendo con los diez meses de la Intifada.

El documento exige el fin de la violencia de cada uno de los dos bandos, pero al mismo tiempo reclama la aplicación puntual y rápida en su totalidad de las recomendaciones de la Comisión Internacional Mitchell, la congelación de los asentamientos, la aplicación de todos los acuerdos firmados y reiteradamente incumplidos y el retorno a la mesa de las negociaciones, bajo la supervisión de un grupo de observadores imparciales.

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El llamamiento está firmado, entre otros, por los escritores israelíes Amos Oz, A. B. Yehoshua y David Grosman, así como por diputados de Meretz y dirigentes de la organización pacifista Paz Ahora. Por parte palestina aparecen los nombres de los políticos Hanan Ashrawi; el ministro Nabil Amr; el presidente de la Universidad Al Qods, Sari Nusseibeh, y el director del periódico Al Hayat Al Jadida, Hafwez Barghouti.

El documento, el primero de estas características que pacifistas israelíes y palestinos firman de manera unitaria desde el principio de la segunda Intifada, el pasado 29 de septiembre, empezó a ser elaborado hace dos semanas, cuando un grupo de personalidades de ambos campos se reunieron en el despacho de la sede de la organización no gubernamental palestina Miftah (Iniciativa Palestina para la Promoción Global del Diálogo y la Democracia), que preside la diputada cristiana Hanan Ashrawi, y que se encuentra en el barrio de Aram, en la frontera con el territorio palestino. 'Nuestra intención es mostrar a la gente que hay una alternativa a la guerra y que hay un frente de paz en los dos lados', aseguraba ayer el profesor israelí Menahem Klein, de la Universidad Bar-Illan, al presentar la iniciativa a la prensa.

Inquietud de Sharon

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La difusión de este documento supone una andanada a la línea de flotación del Gobierno de unidad nacional de Israel presidido por el ex general Ariel Sharon, quien ha empezado a preocuparse por el ataque que han desencadenado contra él los más diferentes colectivos pacifistas. Hace pocos días, el propio Sharon, inquieto con la querella que un grupo de supervivientes de los campos de Sabra y Chatila han presentado en Bélgica, decidió contratar los servicios de un abogado de ese país para supervisar la marcha de las acciones judiciales.

La embestida pacifista amenaza también con salpicar a algunos de los colaboradores de Sharon, a los que varios colectivos de palestinos tratan de acusar ante los tribunales internacionales de crímenes contra la humanidad. Encabezando la lista de posibles acusados se encuentran el jefe del Estado Mayor, el general Saul Mofaz, y el jefe de aviación Dan Haloutz, responsables de los bombardeos con F-16 sobre la población civil palestina. Por su parte, la comisión de Derechos Humanos del Parlamento palestino, con el apoyo de diversas organizaciones internacionales, prepara para mediados del próximo de agosto una conferencia para examinar algunos episodios de la guerra sucia en la Intifada, especialmente las 'ejecuciones selectivas' de los dirigentes de la revuelta.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel ha establecido un mapa y una lista de los países 'problemáticos', entre ellos Bélgica, Reino Unido o España, en los que los responsables de los servicios de seguridad podrían ser perseguidos por supuestas violaciones de los derechos humanos cometidos durante esta Intifada.