CARTAS AL DIRECTOR

Renfe y el transporte de borregos

Si me preguntaran cuál es la diferencia fundamental entre transportar borregos y transportar personas, creo que contestaría sin pestañear: a los borregos no es necesario informarles de nada. Por ejemplo, si se produce una avería que obliga a detener un tren entre dos estaciones durante 30 minutos, a los borregos no hace falta decirles nada, mientras que las personas agradecerán enormemente conocer el motivo de la parada y la duración estimada de la misma.

Pues bien, Renfe trata a sus pasajeros como borregos. O, al menos, a los de los trenes de cercanías. El problema no es que se produzc...

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Si me preguntaran cuál es la diferencia fundamental entre transportar borregos y transportar personas, creo que contestaría sin pestañear: a los borregos no es necesario informarles de nada. Por ejemplo, si se produce una avería que obliga a detener un tren entre dos estaciones durante 30 minutos, a los borregos no hace falta decirles nada, mientras que las personas agradecerán enormemente conocer el motivo de la parada y la duración estimada de la misma.

Pues bien, Renfe trata a sus pasajeros como borregos. O, al menos, a los de los trenes de cercanías. El problema no es que se produzcan retrasos, averías o lo que sea. Al fin y al cabo, eso sólo es un mal servicio. Lo grave es que nadie se digne a utilizar el sistema de altavoces del tren para avisar a los pasajeros de lo que sucede. Eso, sin ninguna duda, sólo demuestra desprecio. Desprecio por unos clientes que no tienen medio de transporte alternativo con el que castigarles. Desprecio por unos clientes a los que no hace falta 'hacer la pelota' para que lo sigan siendo.

Yo no protesto por los retrasos de Renfe, que no son tantos ni tan graves. Yo protesto por su silencio, con el que me siento humillado y maltratado. Me siento, en definitiva, como un borrego.

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