La indemnización de Chirac
El juez Armand Riberolles, uno de los que llevan la investigación sobre los viajes privados de Chirac, ha pedido las declaraciones de bienes presentadas por éste desde que dejó de ser primer ministro, en 1988, hasta su elección como presidente, en 1995. El magistrado pretende verificar si Chirac reflejó sus indemnizaciones como jefe del Gobierno, con las que dice haber sufragado los viajes cuestionados. Un portavoz de Chirac replicó ayer que tal dato no puede figurar en el documento solicitado.
Ese dinero tampoco fue declarado al fisco, como el propio Chirac anticipó el 14 de jul...
El juez Armand Riberolles, uno de los que llevan la investigación sobre los viajes privados de Chirac, ha pedido las declaraciones de bienes presentadas por éste desde que dejó de ser primer ministro, en 1988, hasta su elección como presidente, en 1995. El magistrado pretende verificar si Chirac reflejó sus indemnizaciones como jefe del Gobierno, con las que dice haber sufragado los viajes cuestionados. Un portavoz de Chirac replicó ayer que tal dato no puede figurar en el documento solicitado.
Ese dinero tampoco fue declarado al fisco, como el propio Chirac anticipó el 14 de julio, durante una entrevista televisada: 'Era una tolerancia. (....) En lo que me concierne, yo me inscribí, de manera muy exacta, en la tradición anterior'. La entrevista mencionada fue la que desencadenó la crisis de los fondos reservados. Cuando el primer ministro, Lionel Jospin, se vio acusado por el presidente de manejar un fondo de reptiles de 'cientos de millones de francos' mientras el Elíseo tenía que conformarse con 'el 5% del total', Jospin se agarró un cabreo monumental y tomó la decisión de difundir las grandes partidas en que se emplean los fondos reservados.
La otra novedad es que Jospin prometió devolver el sobrante de fondos reservados cuando deje de ser primer ministro. Porque la costumbre es la de gastárselo todo o marcharse con la caja al primer viento de dimisión.
Nada de todo esto habría aparecido en el escenario si no fuera por el enfrentamiento entre el presidente y el primer ministro. Acosado por los jueces que investigan sus viajes privados, los asesores de Chirac recurrieron al argumento de que el dinero procedía de fondos reservados para cortar una sospecha electoralmente más peligrosa: corrupción. Decidido a sacar partido de un reconocimiento tan poco honroso, Chirac lanzó además sobre su oponente Jospin la sospecha de que maneja dinero opaco y de que se lo va a gastar en la carrera electoral del año próximo.