OPINIÓN DEL LECTOR

Mil pelillas, mil alientos

Es preciso sumar apoyos para los nobles y grandes empeños. Leo por Internet con atención, también con emoción, el llamamiento a la Conferencia de Paz que ha redactado Victor Aierdi en nombre de Elkarri.

Además de las consabidas mil pelillas que ya me rascó mi hermano, quería enviar también mil hurras a este movimiento por trabajar tan valiente e infatigablemente, por seguir pacientes en la brecha de la paz con ideas lúcidas e ilusionantes, por su accionar sabio e incontestable.

Mil gracias porque, pese a los aparentes reveses del proceso, pese a las bombas que una y otra v...

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Es preciso sumar apoyos para los nobles y grandes empeños. Leo por Internet con atención, también con emoción, el llamamiento a la Conferencia de Paz que ha redactado Victor Aierdi en nombre de Elkarri.

Además de las consabidas mil pelillas que ya me rascó mi hermano, quería enviar también mil hurras a este movimiento por trabajar tan valiente e infatigablemente, por seguir pacientes en la brecha de la paz con ideas lúcidas e ilusionantes, por su accionar sabio e incontestable.

Mil gracias porque, pese a los aparentes reveses del proceso, pese a las bombas que una y otra vez han pretendido en balde hacer estallar nuestra esperanza, Elkarri, así como otros movimientos genuinamente pacifistas como Gesto por la Paz, han estado ahí, sin brizna de odio, defendiendo la vida, restando hierro, puenteando corazones, siempre allanando caminos.

Mil deseos, pues, de que la iniciativa prospere, de que la Conferencia triunfe. Mil alientos para que nunca desfallezcan estos y aquellos auténticos trabajadores de la paz en Euskal-herria. Ellos son pioneros de la alborada, del ansiado amanecer en el que habrá un lugar para todos. Ellos son vanguardia de un país, con las hachas y la dinamita enterradas, reunido por fin entorno al frondoso, floreciente y renovado roble de la paz, la alegría y la fraternidad.

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