Ocho detenidos en tres redadas en poblados marginales

Los agentes decomisan dos pistolas y una escopeta de repetición

La primera operación se efectuó en el poblado de El Salobral (Villaverde). Agentes del Módulo Integral de Proximidad (MIP) vigilaron a dos matrimonios sospechosos de vender droga. La pareja formada por los portugueses Fernando F. V., de 27 años, y Rosa Sofía D. G., de 24, se dedicaban a distribuir el estupefaciente que les pasaba Isidoro S. B., de 24 años, y María Rosa L. H., de 26. A cambio obtenían la chabola en la que vivían y una pequeña cantidad de dinero para su manutención.

A mediados de semana fueron detenidos ambos matrimonios. Se les intervino una pistola Beretta del calibre 9...

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La primera operación se efectuó en el poblado de El Salobral (Villaverde). Agentes del Módulo Integral de Proximidad (MIP) vigilaron a dos matrimonios sospechosos de vender droga. La pareja formada por los portugueses Fernando F. V., de 27 años, y Rosa Sofía D. G., de 24, se dedicaban a distribuir el estupefaciente que les pasaba Isidoro S. B., de 24 años, y María Rosa L. H., de 26. A cambio obtenían la chabola en la que vivían y una pequeña cantidad de dinero para su manutención.

A mediados de semana fueron detenidos ambos matrimonios. Se les intervino una pistola Beretta del calibre 9 milímetros, joyas y algunas papelinas de cocaína, además de 84.000 pesetas.

En el Cerro de las Liebres (Fuencarral) fueron detenidos el miércoles Sidonio B. S. y su esposa, Estrella F. F. Los agentes de la comisaría del distrito observaron que a una chabola del poblado acudían numerosos toxicómanos procedentes de Alcobendas y San Sebastián de los Reyes.

Agentes caracterizados

Otro matrimonio, el formado por Rufino F. F. y María F. F., ambos de 28 años, pasaron ayer a disposición judicial también por venta de estupefacientes. Los policías del MIP II de la comisaría de Villa de Vallecas comprobaron que muchos toxicómanos acudían a una vivienda del poblado de Las Barranquillas en cundas (grupos que se desplazan en coches al poblado tras haber pactado un precio por el viaje). Los dueños de la chabola ponían siempre al cabeza de familia a vigilar la puerta y controlar la entrada de los clientes. Los agentes decidieron caracterizarse para tener un mejor acceso a la vivienda.

Los policías entraron el jueves con el preceptivo mandamiento judicial. En una mesa del salón de la chabola, María F. F. despachaba la droga. Para ello contaba con una balanza de precisión y un neceser donde escondía el estupefaciente. El registro de la vivienda permitió descubrir que guardaban más droga en el asiento trasero de un vehículo viejo aparcado en un patio cercano al dormitorio principal. Allí encontraron medio kilo de heroína.

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Los agentes también hallaron 1,6 millones de pesetas en una espuerta. El matrimonio también contaba con una pistola Star del calibre 6,35 y una escopeta de repetición.

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