Un homenaje a los 25 años de El PAIS abre las jornadas LiberPress en Girona

Las jornadas LiberPress, que analizan la situación de la prensa en el mundo, se abrieron ayer en el Colegio de Arquitectos de Girona con un homenaje a los 25 años del diario EL PAÍS. El director adjunto del periódico, Xavier Vidal-Folch, el responsable de Ciberpaís, Tomás Delclós, y el filósofo y asiduo colaborador del diario, Josep Ramoneda, glosaron la evolución y los retos del nuevo milenio.

Ramoneda destacó que el periódico consiguió imponerse por su 'origen inequívocamente democrático' y porque aplicó los criterios profesionales por encima de todo. Explicó que EL PAÍS...

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Las jornadas LiberPress, que analizan la situación de la prensa en el mundo, se abrieron ayer en el Colegio de Arquitectos de Girona con un homenaje a los 25 años del diario EL PAÍS. El director adjunto del periódico, Xavier Vidal-Folch, el responsable de Ciberpaís, Tomás Delclós, y el filósofo y asiduo colaborador del diario, Josep Ramoneda, glosaron la evolución y los retos del nuevo milenio.

Ramoneda destacó que el periódico consiguió imponerse por su 'origen inequívocamente democrático' y porque aplicó los criterios profesionales por encima de todo. Explicó que EL PAÍS se convirtió en el único proyecto 'progre' que no acabó mal. 'Ni recuerdo los duelos de las revistas a los que asistí', bromeó. Según él, el 'mito' del periódico tuvo su momento culminante cuando sacó a la calle un editorial a favor de la democracia durante las primeras horas del 23-F mientras los demás periódicos vacilaban. Tomás Delclós expresó su convencimiento de que el periódico no modificará su cultura profesional en el incierto futuro de las nuevas tecnologías. Delclós explicó que el diario rechaza el modelo del periodista multimedia, capaz de escribir, montar vídeos y grabar audios, en beneficio de una base de datos común suministrada por especialistas en cada medio.

Xavier Vidal-Folch estima que EL PAÍS ha podido convertirse en diario de referencia porque fue capaz de construir un 'parlamento de papel', abierto a todo lo nuevo, por su radicalidad democrática y porque lo impulsó una empresa sin hipotecas con el pasado. Vidal-Folch explicó que la edición catalana de EL PAÍS surgió con el objetivo de actuar como espejo de la realidad y como puente entre Cataluña y el conjunto de la sociedad española.

El periodista mantuvo que el nivel de presión política que se ejerce sobre la prensa se ha reducido en los últimos años en Cataluña, cosa que interpreta como un signo de libertad. Negó para el periódico el sambenito de 'pro-socialista' y explicó que los principios del diario, que responden a un modelo progresista, son públicos y aparecen expresados en el libro de estilo.

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