Agenda difícil pero no desesperada

Las inversiones extranjeras directas en los países más pobres (los llamados Países Menos Adelantados, PMA) se han multiplicado por 10 en un decenio. De 112.800 millones de pesetas en 1990 se ha pasado en 1999 a casi un billón. En el mismo periodo, la ayuda oficial al desarrollo ha descendido de 3,1 billones a 2,1. Son datos que presenta la ONU a partir de hoy en Bruselas, en la III Cumbre Mundial de PMA. De esos 49 países, 34 son africanos. Son datos que permiten un cierto optimismo en algunos aspectos, pero que también arrojan un panorama catastrófico en otros. 'La situación sanitaria que viv...

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Las inversiones extranjeras directas en los países más pobres (los llamados Países Menos Adelantados, PMA) se han multiplicado por 10 en un decenio. De 112.800 millones de pesetas en 1990 se ha pasado en 1999 a casi un billón. En el mismo periodo, la ayuda oficial al desarrollo ha descendido de 3,1 billones a 2,1. Son datos que presenta la ONU a partir de hoy en Bruselas, en la III Cumbre Mundial de PMA. De esos 49 países, 34 son africanos. Son datos que permiten un cierto optimismo en algunos aspectos, pero que también arrojan un panorama catastrófico en otros. 'La situación sanitaria que vive África, por ejemplo, no tiene precedentes', explica el organizador de la cumbre por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), John Martin.

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La ONU ha querido destacar el aumento de las inversiones extranjeras directas porque cree que la pobreza no se puede simplificar mediante la búsqueda de una solución también simple, como la ayuda oficial. 'Por eso vamos a dedicar cada día a un tema distinto: el buen gobierno, los derechos humanos, la emigración, la salud, el empleo, la agricultura o cómo mejorar el sector productivo', explica Rubens Ricupero, secretario de la ONU para el Comercio y el Desarrollo. 'Los datos de las inversiones directas demuestran que no tiene sentido un pesimismo exagerado'.

Para Martin, es importante incidir en la situación sanitaria de esos países. 'La situación no tiene precedentes y se necesita una ayuda sin precedentes', explica. 'No basta con fármacos más baratos en África. No hay sistemas de salud y se constata que la enfermedad castiga más a la población donde hay menos inversiones. La agenda para mejorar es mucho más complicada de lo que nunca habíamos pensado'.

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