Acampados ante su casa en ruinas

Ochenta de los 100 vecinos del número 44 de la calle de Rocafort, en el barrio de San Cristóbal de los Ángeles (Villaverde), que hace 15 días tuvieron que abandonar sus casas ante el riesgo de inminente derrumbe, no han sido aún realojados. 'El Ayuntamiento ha ofrecido a cuatro familias unos pisos en El Espinillo deplorables, sucios y con jeringuillas usadas en el suelo. Al resto de los vecinos ni les han llamado', denunció ayer Prado de la Mata, presidenta de la asociación de vecinos del barrio.

De las 20 familias que fueron evacuadas porque el edificio estaba en ruinas, siete ya han s...

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Ochenta de los 100 vecinos del número 44 de la calle de Rocafort, en el barrio de San Cristóbal de los Ángeles (Villaverde), que hace 15 días tuvieron que abandonar sus casas ante el riesgo de inminente derrumbe, no han sido aún realojados. 'El Ayuntamiento ha ofrecido a cuatro familias unos pisos en El Espinillo deplorables, sucios y con jeringuillas usadas en el suelo. Al resto de los vecinos ni les han llamado', denunció ayer Prado de la Mata, presidenta de la asociación de vecinos del barrio.

De las 20 familias que fueron evacuadas porque el edificio estaba en ruinas, siete ya han sido realojadas en pisos que la Empresa Municipal de la Vivienda (EMV) tiene en la colonia Marconi, también en Villaverde. Otra familia, que estos días está durmiendo en el local de la asociación de vecinos, irá próximamente a un piso del Instituto de la Vivienda de Madrid (Ivima). 'Los pisos que hemos ofrecido a los vecinos se pueden limpiar y son habitables. Además, si no les gustan, siempre tienen la opción de irse de alquiler a cualquier sitio con la subvención de 60.000 pesetas que les damos', explicó Marisa de Frutos, directora de Asuntos Sociales de la EMV. De Frutos añadió que el Ayuntamiento está buscando, junto con el Gobierno regional, otros pisos que ofrecer a los residentes que fueron evacuados.

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Mientras, los vecinos que todavía no han sido realojados improvisaron ayer sus nuevos hogares con unas tiendas de campaña enfrente del inmueble en ruinas. 'Nos vamos a quedar a dormir aquí hasta que nos den una solución', señalaba Germán, uno de los afectados. Los vecinos improvisaron la cena al aire libre y se organizaron para, por ejemplo, ir a asearse hoy por la mañana al local que la asociación de vecinos tiene en una calle cercana. 'He estado durmiendo estos días en casa de mi hijo, pero he decidido venir a dormir en la tienda de campaña para protestar', aseguraba Juana, de 68 años.

Intentos de robo

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Los vecinos denunciaron, además, que la Policía Municipal ha dejado de vigilar por el día la entrada del inmueble, y que ya han sufrido varios intentos de robo. 'Hemos pillado a varios ladrones haciéndose pasar por periodistas o gente de la mudanza', afirman. Como la policía sólo está en la puerta desde las once de la noche hasta las siete de la mañana, el resto del día los vecinos se organizan en turnos para vigilar el inmueble.

Dentro del edificio continuaba ayer, a pesar del riesgo de derrumbe, el ir y venir de vecinos que entraban en sus domicilios a coger enseres. Al entrar en el bloque, las baldosas se mueven y se siente claramente que el edificio se tambalea. El suelo de los descansillos está abombado y las grietas atraviesan las paredes de arriba abajo.

'No puedo sacar nada de mi casa, porque no tengo dónde meterlo', comentaba Manuela, de 78 años, mientras enseñaba uno de los numerosos boquetes que tiene en el techo de su casa. A pesar del estado del inmueble, algunos de los afectados no descartan la posibilidad de volver a vivir en él si no se soluciona el problema de su realojamiento. 'Preferimos estar dentro del edificio, aunque se esté cayendo a trozos, que viviendo en la calle o seguir molestando a familiares y vecinos', señalaba una vecina.

Vecinos de San Cristóbal de los Ángeles, ayer en el barrio.CLAUDIO ÁLVAREZ

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