La directiva estudiará hoy la destitución del técnico

Faltaban aún 10 minutos para que acabara el partido. En El Sadar el marcador reflejaba un inapelable 3-1 para Osasuna. Joan Gaspart, el presidente del Barça, retiró las gafas de su rostro impertérrito y, con un gesto, disculpó la ausencia de Javier Miranda. El presidente de Osasuna no podía resistir los nervios de una victoria inesperada y abandonó el palco precipitadamente. Sólo cuando el árbitro pitó el final, Miranda regresó para acompañar en la amargura a Gaspart. Respondió con un beso al que antes le había dado su homónimo azulgrana. Junto a ellos, con cara de circunstancias, Fransec Clos...

Faltaban aún 10 minutos para que acabara el partido. En El Sadar el marcador reflejaba un inapelable 3-1 para Osasuna. Joan Gaspart, el presidente del Barça, retiró las gafas de su rostro impertérrito y, con un gesto, disculpó la ausencia de Javier Miranda. El presidente de Osasuna no podía resistir los nervios de una victoria inesperada y abandonó el palco precipitadamente. Sólo cuando el árbitro pitó el final, Miranda regresó para acompañar en la amargura a Gaspart. Respondió con un beso al que antes le había dado su homónimo azulgrana. Junto a ellos, con cara de circunstancias, Fransec Closa, presidente de la comisión deportiva azulgrana, miraba la escena. Momentos antes, Gaspart y hasta siete directivos más habían asistido con estupor a la inoperancia del Barça.

Acto seguido, Gaspart enfiló hacia el vestuario azulgrana y durante 25 minutos departió con el técnico, Llorenç Serra Ferrer, y con los jugadores. 'El Barça no se rinde porque aún queda competición y tenemos que luchar por nuestros objetivos', proclamó a su salida. Rodeado de cámaras y periodistas, el presidente del Barça repitió hasta la saciedad que su equipo seguirá luchando por clasificarse para la próxima Liga de Campeones y por conquistar la Copa del Rey. Pero nada quiso decir sobre el futuro del técnico. 'Sólo hablaré del partido', repitió una y otra vez. Dos días antes, Gaspart había ratificado su confianza en Serra Ferrer. No lo hizo ayer, aunque, antes de tomar el avión y durante el vuelo, dedicó largo tiempo a departir con el mallorquín. Tampoco lo hizo su vicepresidente, Ángel Fernández. 'Mañana [por hoy] hay una comisión delegada para decidir lo que hay que hacer. No es bueno tomar decisiones en caliente', apuntó un enojado y resignado Fernández en lo que sonó a clara pista de lo que puede suceder en la reunión de la junta directiva de hoy a las cinco. 'La gente cree que hay que hacer algo para que esto cambie y no le falta razón', apostilló.