Columna

Sin retorno

Días atrás me pareció entender que el concejal Bas de Xàbia, anunciaba que el verano de 2001 será una nueva odisea para quienes frecuenten su municipio en la época estival. Agua salada por agua potable para todo uso doméstico.

Xábia es todavía un enclave turístico con perspectivas de futuro, pero si las cosas continúan así, no lo será por mucho tiempo. La carencia de un plan urbanístico, el crecimiento desmesurado de la masa construible, las imprevisiones en servicios básicos como el agua potable, la falta de aparcamientos públicos, el ansia desmedida de incrementar los amarres de embar...

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Días atrás me pareció entender que el concejal Bas de Xàbia, anunciaba que el verano de 2001 será una nueva odisea para quienes frecuenten su municipio en la época estival. Agua salada por agua potable para todo uso doméstico.

Xábia es todavía un enclave turístico con perspectivas de futuro, pero si las cosas continúan así, no lo será por mucho tiempo. La carencia de un plan urbanístico, el crecimiento desmesurado de la masa construible, las imprevisiones en servicios básicos como el agua potable, la falta de aparcamientos públicos, el ansia desmedida de incrementar los amarres de embarcaciones de recreo y la tozudez en construir paseos de hormigón y asfalto, sitúan a Xábia al borde de su saturación.

¿Qué ocurrirá cuando se asfixie la gallina de los huevos de oro, sin que la situación pueda ser recuperable? Año a año, Xàbia pierde calidad de vida y se sitúa en los umbrales de una zona inhabitable, chabacana, insoportable e incapacitada para el sosiego y el descanso. Somos bastantes los que opinamos que cuando se hace alguna obra o reforma en esta población, se da un paso hacia la aniquilación de un espacio con atractivos turísticos singulares en la Comunidad Valenciana.

Si el gobierno municipal, además de organizar fiestas y saraos, es incapaz de poner fin a este desmadre, deberá ser la propia Generalitat quien ordene las actuaciones urbanísticas, los trazados de calles y carreteras, las alturas de los edificios, la desaparición de vías de acceso donde estaban previstas, la ubicación de espacios públicos para aparcar, la previsión de servicios sanitarios suficientes o la construcción de establecimientos hoteleros de calidad.

Y el ejemplo a seguir no está muy lejos. En Baleares han conseguido una estricta planificación turística y urbanística después, eso sí, de algunos atentados contra entorno y el paisaje que han causado profundas consecuencias en el ecosistema.

El crecimiento sostenible es un concepto socioeconómico que tiene que asimilarse por las administraciones y por los protagonistas de estas agresiones al medio ambiente. Los parques naturales y la normativa que los regula es importante, pero no puede ser tan sólo un sistema para complicar la vida innecesariamente a los empresarios y a los ciudadanos, cuando se están produciendo a diario acciones que limitan las oportunidades de Xàbia.

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Las deficiencias en servicios y en infraestructuras básicas obligan a tomar medidas urgentes para evitar males mayores, antes de que sea demasiado tarde.

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