Duran Lleida descarta que la federación de Unió y CDC termine en fusión

Mas aboga por formar un único partido

La armonía en la ya federada casa de Unió y Convergència se trunco a las 24 horas de que renovaran su pacto de hermandad política. El líder democristiano Josep Antoni Duran Lleida y el convergente Artur Mas, convertido la víspera en único heredero de Jordi Pujol, rivalizaron ayer en ejercicios de hermenéutica para determinar el significado de una frase incluida en el pacto del pasado sábado sobre la federación de CDC y UDC: 'Constitución [en 2004] de una sola fuerza política' entre ambos partidos.

Los democristianos recelan de cualquier operación que suponga la desaparición de Un...

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La armonía en la ya federada casa de Unió y Convergència se trunco a las 24 horas de que renovaran su pacto de hermandad política. El líder democristiano Josep Antoni Duran Lleida y el convergente Artur Mas, convertido la víspera en único heredero de Jordi Pujol, rivalizaron ayer en ejercicios de hermenéutica para determinar el significado de una frase incluida en el pacto del pasado sábado sobre la federación de CDC y UDC: 'Constitución [en 2004] de una sola fuerza política' entre ambos partidos.

Los democristianos recelan de cualquier operación que suponga la desaparición de Unió. Ayer, Duran no pudo ser más claro en su propósito de resolver el dilema: 'Unió no tiene voluntad de fusionarse con Convergència'. 'La gente se pensaba que se preparaba una fusión, pero no es así, puesto que desde Unió creemos que podemos aportar mucho como partido, con nuestra propia cultura y personalidad, que queremos conservar', precisó.

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El sábado, Duran tuvo que emplearse a fondo para que los miembros del Consejo Nacional de Unió, su máximo órgano de decisión entre congresos, aprobaran el texto del acuerdo. Ante el creciente número de voces críticas, procedentes sobre todo de las juventudes democristianas, por la paulatina pérdida de identidad del partido, Duran Lleida se vio obligado a apelar a que la votación suponía un refrendo a su liderazgo y a su persona. 'De no ser así', reconoció ayer uno de los dirigentes de Unió, 'no hubiésemos logrado sacar adelante el pacto'. El líder democristiano se sinceró: 'No se puede pasar de la desconfianza al festejo en 24 horas, primero hay que crear un clima de confianza', dijo para subrayar el hecho de que el pacto no liquida de inmediato las seculares suspicacias entre ambas formaciones.

Un tercer partido

Las palabras de Artur Mas, futuro candidato de CiU a la presidencia de la Generalitat, tampoco aportaron demasiadas luces al dilema. Mas negó que se trate de un proceso de fusión pero reconoció que el objetivo es crear 'una sola fuerza política, que no tiene por qué ser una fusión, sino que se podría optar por la creación de un tercer partido, sin que los otros dos desaparezcan del todo'. En cualquier caso, el nuevo partido se denominaría Convergència i Unió.

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Aunque el pasado sábado Jordi Pujol designó a Artur Mas como su sucesor y, por tanto, candidato a presidente en las elecciones de 2003, Duran intentó ayer relativizar tal bendición. 'La sucesión está prevista debatirla en el proceso de puesta en marcha de la federación. Los dos partidos tenemos que ponernos de acuerdo', señaló. En la misma línea se pronunció Mas: 'En estos momentos no hay nada oficializado'. Pero el pacto entre Unió y Convergència se logró gracias a que Duran será designado secretario general de la federación, a cambio de aceptar al actual conseller en cap del Gobierno, Artur Mas, como candidato de CiU a la presidencia de la Generalitat. Una decisión de Pujol que provocó la salida de Duran del Ejecutivo y una crisis sin precedentes entre sus respectivos partidos.

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