Mayor autonomía universitaria y un amplio sistema de becas

La reunión de la Convención de Instituciones Europeas de Educación Superior, en la que han participado más de 500 representantes europeos (entre ellos, 50 rectores), concluyó el viernes pasado con un acuerdo para lograr definir el espacio universitario común del futuro basado en un aumento de la autonomía de las universidades y de su libertad de contratar profesores y admitir alumnos, según manifestó el rector del Instituto Federal de Investigación de Zúrich, Konrad Osterwalter.

Los rectores resaltaron también la necesidad de fomentar la movilidad de profesores y alumnos entre universid...

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La reunión de la Convención de Instituciones Europeas de Educación Superior, en la que han participado más de 500 representantes europeos (entre ellos, 50 rectores), concluyó el viernes pasado con un acuerdo para lograr definir el espacio universitario común del futuro basado en un aumento de la autonomía de las universidades y de su libertad de contratar profesores y admitir alumnos, según manifestó el rector del Instituto Federal de Investigación de Zúrich, Konrad Osterwalter.

Los rectores resaltaron también la necesidad de fomentar la movilidad de profesores y alumnos entre universidades, de crear un amplio sistema de becas para los alumnos, de establecer unos baremos de calidad homologables en los diferentes países y de ofrecer programas en un idioma universal.

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De Bolonia a Praga

La Declaración de Bolonia, realizada en 1998, fue el arranque de este proyecto. Un año antes, en la emblemática Universidad parisina de La Sorbona, Francia, Italia, el Reino Unido y Alemania decidieron poner en marcha un proceso de homologación de sus estudios universitarios.

Fue como llamar a rebato, porque al cabo de un año, en la ciudad italiana de Bolonia, cuna de la primera universidad europea, con motivo del 900 aniversario de su creación, los representantes de 29 países firmaron la Declaración de Bolonia, que, no sólo ha abierto la puerta a la convergencia del sistema de educación superior europeo, sino que ha acabado propiciando la creación de un espacio universitario integrado europeo. Se trata, básicamente, de propiciar la movilidad tanto de estudiantes como de profesores y establecer la acreditación automática de las titulaciones.

Los 29 países firmantes son, además de los 15 de la Unión Europea, los tres de la Asociación Europea de Libre Comercio; Islandia, Lichtenstein y Noruega, y otros 10 países asociados de Europa Central y del Este: Bulgaria, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, República Checa, Rumania. Asimismo, Chipre, Malta y Turquía han anunciado también su incorporación. El proceso ha funcionado con extraordinaria rapidez. Desde la Declaración de Bolonia, la UE ha trabajado intensamente. Las presidencias finlandesa, portuguesa y sueca han avanzado considerablemente. La reunión de la Convención de Instituciones Europeas de Enseñanza Superior de la pasada semana en Salamanca es el penúltimo paso antes de la crucial reunión de Praga que se celebrará en mayo.