Reportaje:

Herrajes y tiradores 'de marca' en la Red

Una ferretería familiar consigue canalizar el 1% de sus ventas a través de InternetUna ferretería y una papelería madrileñas utilizan con éxito Internet y la tecnología

Una fachada de aluminio sirve de entrada a un pequeño negocio tradicional con aspiraciones en Internet. Ferretería Ortiz, levantada hace tres décadas por Miguel Antonio Ortiz y especializada en herrajes y tiradores, abrió una tienda virtual con poco más de 20 millones de pesetas hace un año y medio, en plena euforia de la nueva economía. Ahora, ajena al declive de las puntocom, la ferretería ha conseguido que cerca del 1% de sus ventas (sobre un total de 800 millones de pesetas anuales) pase por el Red. 'Con nuestro tamaño', explica su fundador, 'era muy complicado, pero hay que ...

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Una fachada de aluminio sirve de entrada a un pequeño negocio tradicional con aspiraciones en Internet. Ferretería Ortiz, levantada hace tres décadas por Miguel Antonio Ortiz y especializada en herrajes y tiradores, abrió una tienda virtual con poco más de 20 millones de pesetas hace un año y medio, en plena euforia de la nueva economía. Ahora, ajena al declive de las puntocom, la ferretería ha conseguido que cerca del 1% de sus ventas (sobre un total de 800 millones de pesetas anuales) pase por el Red. 'Con nuestro tamaño', explica su fundador, 'era muy complicado, pero hay que ser valiente, ¿o no?'.

Sí hay ejemplos en la economía real de los beneficios del comercio electrónico. Para muchos negocios tradicionales, como Ferretería Ortiz, significa tener la posibilidad de vender más, de promocionarse y de ahorrar en costes y tiempo. Los primeros coqueteos de los Ortiz con las nuevas tecnologías se produjeron hace cuatro años. Abrieron una página corporativa, pero sólo para darse a conocer. 'En 1998 empezamos a rastrear las posibilidades del comercio electrónico y enseguida vimos el interés que tenía para ampliar el negocio', indica Miguel Andrés Ortiz, gerente de la Ferretería Ortiz y uno de los tres hijos del fundador que trabajan en la empresa.

Buscaron socios de apoyo: Microsoft (aplicaciones), Compaq (equipos), Telefónica (acceso a redes) y BBVA (soluciones de pago). Empezó entonces un trabajo de chinos: clasificar e introducir las 20.000 referencias de productos a la venta que hoy flotan en la Red. Fue lo más costoso. Después, se encomendó a Miguel Ángel Fernández, uno de los colaboradores, la tarea de atender las consultas y los pedidos de los clientes: 'La clave está en cursar los pedidos rápidamente y garantizar un pago seguro, bien con tarjeta, contrareembolso o en transferencia'. Acaban de incorporar un segundo servidor para dar cabida a hasta 200 consultas simultáneas de la web.

'Todo esto nos ha costado dinero y no lo hemos recuperado', reconoce Miguel Andrés Ortiz, 'pero lo vemos como una inversión; no queremos dar al proyecto la urgencia de vender'. La ferretería, al contrario que muchas puntocom en dificultades, tiene sus cuentas bien saneadas. Además, lo han hecho todo sin la ayuda que ahora promete la administración. Eso sí, están pendientes de cuánto desgravará la aventura en Internet en sus impuestos.

Las ventajas entre tener o no tener una tienda virtual son enormes. Permite a la familia Ortiz conseguir nuevos clientes y tener la aspiración de vender fuera de España, como Portugal, Estados Unidos, China y América del Sur. 'Ahora trabajamos en un proyecto de Disney en Japón que logramos a través de Internet', explica Ortiz padre. Mejorar la relación con el cliente y hacer publicidad son otros de los beneficios.

La ferretería no es exactamente la típica tienda de barrio, sino una empresa muy especializada (esencialmente en herrajes y tiradores). Los Ortiz sostienen que ahí está la clave. Para vender un simple clavo no hace falta Internet, dicen, y recuerdan ejemplos de varios intentos fallidos de verder martillos en la Red. 'Nosotros tenemos productos que no se encuentran en casi ningún sitio'. Hasta el Corte Inglés recurre a ellos en los casos de urgencia.

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