Buffett dice que no comprará valores tecnológicos pese a sus bajos precios

Warren Buffett, considerado uno de los inversores más astutos y el cuarto hombre más rico de Estados Unidos, según la revista Forbes, no modificará un ápice la estrategia inversora que le ha convertido en campeón de la vieja economía. Por ello, no comprará acciones de las empresas tecnológicas, pese a la caída en picado de estos títulos.

Pese a ser un tecnófobo declarado, el presidente del holding inversor Berkshire Hathaway, que hoy vale 99.000 millones de dólares (18 billones de pesetas), reconoció ayer en Francfort que la revolución tecnológica está aquí para que...

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Warren Buffett, considerado uno de los inversores más astutos y el cuarto hombre más rico de Estados Unidos, según la revista Forbes, no modificará un ápice la estrategia inversora que le ha convertido en campeón de la vieja economía. Por ello, no comprará acciones de las empresas tecnológicas, pese a la caída en picado de estos títulos.

Pese a ser un tecnófobo declarado, el presidente del holding inversor Berkshire Hathaway, que hoy vale 99.000 millones de dólares (18 billones de pesetas), reconoció ayer en Francfort que la revolución tecnológica está aquí para quedarse y que, entre los supervivientes de la debacle bursátil de las empresas tecnológicas y de Internet producida en los últimos 12 meses, habrá ganadores. 'Seguro que existirán cuatro o cinco grandes compañías de Internet ganadoras dentro de unos años. Simplemente, no sé cuáles son', dijo con aparente humildad.

Que los precios de las puntocom estén por los suelos tampoco despertará su codicia. Porque falta lo que Buffett considera esencial: poder estimar dónde cabarán en cinco o 10 años las compañías en las que meta su dinero.

'Es más difícil seleccionar valores en sectores nuevos que en los viejos, ¿no? Por eso sigo en los viejos. Sé que Coca-Cola seguirá como empresa número uno en 10 años', comentó el presidente de Berkshire Hathaway, que directamente posee un 8% de la compañía de Atlanta.

Buffett no sólo apostó por Coca-Cola -la única bebida que le gusta-, y por sus valores de siempre, como Gillette, en la que controla un 9% del capital, o The Washington Post, donde el holding tiene un 18% de las acciones.

El empresario, que ya ha cumplido los 70 y dice no querer jubilarse jamás, luce sonrisa permanente porque el año 2000 le ha dado la razón tras un 1999 que le había causado terribles dolores de cabeza: fue uno de los peores ejercicios de la historia de Berkshire, cuyos accionistas llevan casi cuatro décadas acostumbrados a una tasa de rentabilidad del 23,8%.

Irritación

Hace dos años, muchos de ellos mostraron su irritación ante el apego de su presidente por los valores tradicionales, en plena euforia tecnológica. Por el contrario, hace un par de semanas, Buffett presentó su informe del año pasado con una acción un 75% más valiosa que 12 meses antes, mientras en el mercado bursátil de Estados Unidos se acababan de evaporar cuatro billones de dólares y el Nasdaq cerraba un paréntesis de marzo a marzo habiendo cedido un 61%. Los beneficios de Berkshire crecieron un 114% hasta alcanzar los 3.320 millones de dólares (unos 620.000 millones de pesetas).

Buffett, con fama de entrañable, franco y modesto, dijo ayer: 'No tengo ni idea de qué pasará este año en los mercados, pero ni pienso en ello'. Y anadió: 'No sé si esta ralentización en Estados Unidos de los últimos cuatro meses durará un mes o un año. Nadie lo sabe'.

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