El viento racheado obligó ayer a desviar varios vuelos con destino Bilbao

Bilbao no ha tenido que lamentar más accidentes desde el pasado 7 de febrero

El fuerte viento que sopló ayer a ráfagas en el País Vasco obligó a que varios vuelos con destino Bilbao fueran desviados a otros aeropuertos, a pesar de que no llegó a haber un vendaval. Con la polémica por los tres accidentes que ha sufrido el aeropuerto bilbaíno y las pesquisas de la Comisión Aeronáutica de Investigación de Accidentes abiertas, la prudencia se impuso ayer en varios vuelos que se acercaban a Bilbao.

'Había viento cruzado en pistas, perpendicular y racheado', explicaron desde AENA (el ente estatal que gestiona los aeropuertos españoles). El sindicato de pilotos SEPLA y...

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El fuerte viento que sopló ayer a ráfagas en el País Vasco obligó a que varios vuelos con destino Bilbao fueran desviados a otros aeropuertos, a pesar de que no llegó a haber un vendaval. Con la polémica por los tres accidentes que ha sufrido el aeropuerto bilbaíno y las pesquisas de la Comisión Aeronáutica de Investigación de Accidentes abiertas, la prudencia se impuso ayer en varios vuelos que se acercaban a Bilbao.

'Había viento cruzado en pistas, perpendicular y racheado', explicaron desde AENA (el ente estatal que gestiona los aeropuertos españoles). El sindicato de pilotos SEPLA ya había indicado el mes pasado, tras el último incidente, la conveniencia de 'desviar más vuelos a Foronda' cuando soplaran vientos del suroeste. En total se desviaron seis vuelos: cuatro a Foronda, uno a Santander y un Madrid-Bilbao regresó a Barajas.

Un portavoz del aeropuerto quitó importancia ayer a los desvíos de vuelos, señalando que eran una ínfima parte del tráfico del día. Los desvíos se produjeron durante la mañana. A partir del mediodía se estabilizó el tiempo y al cierre de esta edición no había habido más incidencias. De los seis vuelos, cuatro fueron desviados a Foronda (de las compañías British Airways, Spanair, Air Nostrum e Iberia), uno a Santander, y el sexto tuvo que regresar a Madrid, de donde procedía.

El viento no fue muy intenso (la media fue de unos 17 kilómetros), pero sopló en dirección suroeste y con rachas de entre 25 y 35 kilómetros por hora, que en algunos momentos de la mañana llegaron a alcanzar los 50 kilómetros, con puntas de 80 kilómetros por hora. 'El problema es que el viento sea perpendicular a la pista, como estaba sucediendo esta mañana [por la de ayer]. No es tan grave la velocidad del viento como su dirección y, obviamente, la suma de ambas. El viento del suroeste es el que crea problemas en Bilbao', indicó un portavoz de AENA, quién concluyó que 'los desvíos se han realizado por seguridad'.

Tres accidentes

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El aeropuerto de Bilbao ha sufrido tres siniestros desde su inauguración, dos de ellos este mismo año y con una diferencia de 15 días entre ambos. Además, en septiembre de 1999 un Airbus 320 de Iberia procedente de Madrid que se salió de la pista al aterrizar, al parecer por culpa de la lluvia. No hubo heridos.

En los accidentes de este año, tampoco hubo heridos el 23 de enero, cuando un Embraer de la compañía Portugalia, con 25 pasajeros, se salió de la pista en su segundo intento de aterrizaje debido, con toda probabilidad, al fuerte viento de aquel día. El pasado 7 de febrero, otro Airbus 320 de Iberia, con 136 pasajeros, se arrastró un kilómetro por la pista sobre su fuselaje y con el tren de aterrizaje destrozado. Cuatro personas resultaron con heridas leves.

Entonces, un portavoz del aeropuerto de Bilbao achacó estos accidentes a las 'inhabituales fuertes rachas de viento' en el País Vasco que 'antes se daban tres veces al año y este invierno se están sucediendo muy rápidamente'. Sin embargo, un piloto experto en las condiciones del aeródromo vizcaíno indicó que ese viento fuerte 'que en otros aeropuertos es excepcional, aquí es muy habitual', algo que sucede en la mayor parte de la cornisa cantábrica.

El sindicato de pilotos SEPLA señaló a raíz del último siniestro que sería aconsejable adoptar 'medidas más estrictas sobre el viento en Bilbao' y recurrir de forma más habitual 'a desviar vuelos a Foronda'. Los pilotos recordaron, además, la 'delicada' situación del aeropuerto vizcaíno. La orografía obliga a que los aviones que entran por el municipio de Derio tengan que realizar una inclinación 3,5 grados mayor de lo habitual y lleven una velocidad un 15% mayor, lo que dificulta el aterrizaje 'con viento y lluvia'.

Ëste parece ser el consejo seguido ayer en el aeropuerto vizcaíno, en espera de que algún organismo averigüe qué motivó los tres accidentes e investigue cómo se pueden paliar las condiciones meteorológicas adversas en el aeropuerto de Bilbao, este año tan frecuentes.

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