Tribuna:SERVICIOS FINANCIEROS

Posiblemente la mejor banca del mundo

Hasta hace unos años era frecuente especular sobre cuántas entidades financieras españolas serían capaces de sobrevivir al proceso de reducción de márgenes, de liberalización del mercado y de convergencia europea al que inexorablemente deberían enfrentarse. Hoy, las entidades financieras españolas son consideradas por sus competidores de todo el mundo como un modelo de gestión, y una de ellas ha sido elegida por la revista especializada The Banker como mejor banco en 2000.

Lo más significativo es que, a pesar de la gran competitividad, las entidades financieras españolas están co...

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Hasta hace unos años era frecuente especular sobre cuántas entidades financieras españolas serían capaces de sobrevivir al proceso de reducción de márgenes, de liberalización del mercado y de convergencia europea al que inexorablemente deberían enfrentarse. Hoy, las entidades financieras españolas son consideradas por sus competidores de todo el mundo como un modelo de gestión, y una de ellas ha sido elegida por la revista especializada The Banker como mejor banco en 2000.

Lo más significativo es que, a pesar de la gran competitividad, las entidades financieras españolas están consiguiendo muy positivos ratios de rentabilidad, gracias fundamentalmente a un conjunto de distintos factores, entre los que nos gustaría destacar los dos siguientes:

- Una acertada diversificación del negocio bancario. Nuestros bancos y cajas de ahorro han liderado el proceso de desintermediación financiera en el mercado español (mantienen, por ejemplo, muy altas cuotas de mercado en la distribución de fondos de inversiones y de pensiones y de otros productos de seguros y en el mercado de valores) y han expandido su negocio, tanto sectorial como territorialmente, con objeto de posicionarse en ámbitos de actividad y mercados menos maduros que ofrezcan favorables perspectivas de rentabilidad.

- Su elevada eficiencia operativa. Aun cuando España es un país muy bancarizado (lo que se refleja en el elevado peso de los activos bancarios sobre el PIB nacional y en la gran capilaridad de la red de oficinas), su sistema financiero es capaz de mantener ratios de eficiencia comparables a los de entidades radicadas en países dotados de una legislación laboral más flexible que la nuestra. Esta alta eficiencia operativa es posible, entre otros motivos, por haber desarrollado uno de los sistemas de medios de pago más eficaces, como lo demuestra el que, mientras en la mayoría de los países de nuestro entorno conviven distintos sistemas de compensación y liquidación, en España, el 99% de las operaciones intrabancarias se negocia a través del Sistema Nacional de Compensación Electrónica.

De forma similar, las entidades de crédito españolas se han situado a la vanguardia del desarrollo tecnológico (dotándose de sistemas transaccionales que permiten la interconexión on line de las oficinas con los servicios centrales o la actualización inmediata de las bases de datos de clientes), lo que les ha permitido optimizar sus estructuras.

Consecuencia de lo anterior es que las entidades de crédito españolas han logrado un dominio absoluto del mercado nacional, han logrado una cuota de mercado superior al 20% en Latinoamérica, han tejido redes de alianzas europeas de gran valor y que una caja de ahorros española se haya convertido en el mayor accionista del principal banco alemán.

En este contexto, pensamos que las entidades financieras españolas parten de una posición ventajosa para afrontar sus potenciales amenazas, concretamente las derivadas de la presumible convergencia de márgenes en el área UME, una vez que el euro se haya convertido en 'moneda física', de las posibles estrategias expansivas de la banca norteamericana (la cual, cuando finalice el proceso de consolidación en su mercado, es previsible que inicie una fuerte ofensiva en Europa) y de la aparición de nuevos competidores apoyados en Internet y en la generalización de las comunicaciones en banda ancha.

Fernando Ruiz, socio director, y Héctor Flórez, director, del sector financiero de Arthur Andersen.

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