'Esto es una guerra, y habrá más peleas', dice una chica de Canillas

Una docena de margaritas blancas y dos ramos de flores rojas de plástico recordaban ayer por la noche el lugar donde Jaime Merino murió la tarde del pasado sábado.

Los alrededores de la calle de Gomeznarro, en el barrio de Canillas (Hortaleza) se convirtieron desde que se puso el sol en un lugar desértico. Pocas personas se quedaban a hablar en la calle o en los soportales. La mayoría aseguró que tenía miedo. Temen que el próximo fin de semana se produzca otro enfrentamiento entre grupos de jóvenes y aumente el número de víctimas.

En los alrededores de la calle de Gomeznarro se p...

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Una docena de margaritas blancas y dos ramos de flores rojas de plástico recordaban ayer por la noche el lugar donde Jaime Merino murió la tarde del pasado sábado.

Los alrededores de la calle de Gomeznarro, en el barrio de Canillas (Hortaleza) se convirtieron desde que se puso el sol en un lugar desértico. Pocas personas se quedaban a hablar en la calle o en los soportales. La mayoría aseguró que tenía miedo. Temen que el próximo fin de semana se produzca otro enfrentamiento entre grupos de jóvenes y aumente el número de víctimas.

En los alrededores de la calle de Gomeznarro se palpaba un ambiente cargado. Desde el pasado sábado, han cambiado muchas cosas. 'Hemos visto a gente que no vive aquí que se pasea en moto y en coche y que va muy despacio. La mayoría son jóvenes y parece que están vigilando lo que pasa para montar alguna el fin de semana', explica una vecina del barrio. 'Tememos que haya más luchas entre los dos grupos y que, encima, sea aquí. Por eso la gente no sale de sus casas', comenta otra joven. Mientras está diciendo esto, dos coches patrulla del Cuerpo Nacional de Policía no paran de dar vueltas por la calle de Gomeznarro. También un par de automóviles están dando vueltas continuamente por la misma zona. La vigilancia policial también ha llegado al instituto Conde de Orgaz, donde estudian estos jóvenes. 'Esto se ha convertido en una especie de guerra. Todos estamos amenazados, cuando ninguno de nosotros tiene la culpa de lo que ha ocurrido', añade la muchacha

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