Joji Hirota fusiona tradición vasca y japonesa en su 'Diálogo de percusión'

'Voy a interpretar principalmente mi propia música, composiciones mías hechas con tambores y percusión, y basadas en la tradición japonesa', adelanta Hirota, un músico que ya visitó la capital vizcaína en 1980 con la compañía de danza de Lindsay Kemp. Sin embargo, su espectáculo de hoy apenas guardará similitudes con aquel. 'Desde entonces he aprendido mucho sobre la música tradicional de mi país, y ese aprendizaje se encuentra ahora en el centro de mi obra', matiza.

'Deseo expresar el espíritu de mi profesor y el de la relación entre la naturaleza y la gente de Hokkaido, la región del ...

'Voy a interpretar principalmente mi propia música, composiciones mías hechas con tambores y percusión, y basadas en la tradición japonesa', adelanta Hirota, un músico que ya visitó la capital vizcaína en 1980 con la compañía de danza de Lindsay Kemp. Sin embargo, su espectáculo de hoy apenas guardará similitudes con aquel. 'Desde entonces he aprendido mucho sobre la música tradicional de mi país, y ese aprendizaje se encuentra ahora en el centro de mi obra', matiza.

'Deseo expresar el espíritu de mi profesor y el de la relación entre la naturaleza y la gente de Hokkaido, la región del norte de Japón de la cual procedía. La música del taiko purifica el espacio y el espíritu', asegura su autor refiriéndose al misticismo que encierra el hokkai-daiko. Así denomina a su producción un percusionista que acumula 30 años de experiencia en los que ha editado cuatro discos en solitario, otros con el grupo Trísan y ha ocupado el cargo de director musical en el Red Buddha Theatre británico y en la citada compañía de Lindsay Kemp.

Pero el atractivo de sus Diálogos de percusión no radica exclusivamente en las características de la obra de Hirota y en las posibilidades de los tambores llamados taiko, sino que el principal puede estar en su fusión con otra suerte de percusión tradicional, la txalaparta vasca. Una unión de la que el artista oriental confía en sacar algo realmente novedoso.

'Espero que haya un completo intercambio de energía y modos de expresión ya que, aunque no conozco demasiado la txalaparta, estoy seguro de que va a surgir algo nuevo. Al ser dos tipos de música tradicional, algo muy primitivo, confío en que no haya problemas de entendimiento, aunque el intercambio de música entre dos culturas es siempre una experiencia muy fuerte', asegura el percusionista, asiduo del festival Womad.

Hasta el ensayo general de ayer Joji Hirota no había entrado en contacto con los miembros de Oreka TX, por lo que se espera que la velada de hoy reserve una amplia parcela a la improvisación. Ése puede ser su punto común con el próximo concierto programado por la fundación Bilbao 700, que permitirá comprobar, el 20 de abril, la compenetración existente entre el pianista dominicano Michel Camilo y el guitarrista Tomatito.