Los sindicatos pronostican 'malos tiempos' en sus futuras relaciones con el Gobierno

Los secretarios generales de UGT y Comisiones Obreras, Cándido Méndez y José María Fidalgo, pronosticaron ayer 'malos tiempos' en sus relaciones con el Gobierno tras 'la quiebra' del diálogo social que, a su juicio, ha provocado el Ejecutivo al reformar por decreto el mercado laboral. Fidalgo calificó la reforma de 'desequilibrada' y advirtió de que los sindicatos no se van 'a quedar cruzados de brazos', sino que en los próximos días decidirán, en una reunión conjunta, las movilizaciones contra el decreto. E ironizó: 'Si son tan buenas las cifras del paro, por qué hacer una reforma tan urgente...

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Los secretarios generales de UGT y Comisiones Obreras, Cándido Méndez y José María Fidalgo, pronosticaron ayer 'malos tiempos' en sus relaciones con el Gobierno tras 'la quiebra' del diálogo social que, a su juicio, ha provocado el Ejecutivo al reformar por decreto el mercado laboral. Fidalgo calificó la reforma de 'desequilibrada' y advirtió de que los sindicatos no se van 'a quedar cruzados de brazos', sino que en los próximos días decidirán, en una reunión conjunta, las movilizaciones contra el decreto. E ironizó: 'Si son tan buenas las cifras del paro, por qué hacer una reforma tan urgente'.

Cándido Méndez calificó ayer el contenido del decreto aprobado el viernes por el Gobierno de 'inútil' para solucionar los problemas de temporalidad del mercado de trabajo. Méndez cree, además, que la reforma 'va a agravar la situación de desregulación del contrato a tiempo parcial'. La modificación de los contratos a tiempo parcial es, en opinión de ambas centrales, lo más grave de la reforma del Gobierno. 'La apertura del contrato a tiempo parcial', aseguró Fidalgo, permitirá a los empresarios contar con 'un contrato de libre disposición' de esos trabajadores.

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PSOE e IU abundaron en las críticas al Gobierno por haber esquinado la negociación y por aprobar una reforma que no luchará contra la temporalidad en el empleo. José Luis Rodríguez Zapatero recordó que en 1997 el Gobierno sí buscó el consenso con los agentes sociales y subrayó que la reforma no solucionará 'el problema más grave del mercado de trabajo, que es la falta de incorporación de las mujeres'. Gaspar Llamazares, desde IU, acusó al Ejecutivo de 'haber dinamitado la concertación social'.