LOS PROBLEMAS DE LOS INMIGRANTES

El colapso del albergue de Melilla deja a decenas de inmigrantes en la calle

Avelino González, director provincial del Instituto de Migraciones Sociales (Imserso), declara que las instalaciones están saturadas: 'Lo máximo que podemos hacer es trasladar a los que están dentro a los albergues cuando quedan plazas libres. Entonces, los que están en la calle pasan al centro. En los ingresos aplicamos el criterio de que la antigüedad es un grado'.

Paloma López, responsable de Política Social de Comisiones Obreras, ha denunciado que los CETI, que fueron fundados como centros de acogida, 'se han convertido en centros de internamiento'. De cuando en cuando, un grupo de ...

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Avelino González, director provincial del Instituto de Migraciones Sociales (Imserso), declara que las instalaciones están saturadas: 'Lo máximo que podemos hacer es trasladar a los que están dentro a los albergues cuando quedan plazas libres. Entonces, los que están en la calle pasan al centro. En los ingresos aplicamos el criterio de que la antigüedad es un grado'.

Paloma López, responsable de Política Social de Comisiones Obreras, ha denunciado que los CETI, que fueron fundados como centros de acogida, 'se han convertido en centros de internamiento'. De cuando en cuando, un grupo de inmigrantes consigue permisos de trabajo y cruza el Estrecho hacia la Península. Sus plazas quedan vacantes y un número igual de los que esperan en sus cobijos plastificados es invitado a entrar. Así ocurrió la semana pasada, cuando un grupo de personas partió para trabajar en Andalucía. Las autoridades locales esperan que 'en unos meses' se inicien las obras para ampliar de 320 a 480 el número de plazas.

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El incremento de las personas que logran cruzar la valla fronteriza con Marruecos agrava la situación. Los albergues del centro están saturados y en el patio se han instalado tiendas de campaña para cobijar a un grupo numeroso que espera a que quede libre una cama para ocuparla.

Pero los que se encuentran en peor situación son los que se hallan en la puerta, bajo los plásticos. Muchos se conocen porque han convivido durante la travesía desde su país o porque han compartido la espera de una oportunidad para entrar en España saltando la valla o descolgándose por los acantilados, donde una decena han perdido la vida en los últimos años.

El delegado del Gobierno, Arturo Esteban, explica: 'Hemos tenido que reforzar la vigilancia en el perímetro fronterizo debido a que el número de intentonas para cruzarlo es cada vez más alto'.

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Pero a Paloma López no le sirve la explicación: 'Alguien deberá dar una explicación de por qué funcionan tan mal los CETI', advierte. 'Estos centros están saturados, la inmigración continúa y no se soluciona el problema. El cierre de las fronteras no ha frenado la inmigración, que continúa día a día'.

El pasado enero unos 200 inmigrantes argelinos, paquistaníes y rumanos, entre ellos 13 menores, que vivían bajo esos plásticos mantuvieron una huelga de hambre para reclamar a las autoridades que no se les expulsara de territorio español.

Inmigrantes acampados junto al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes de Melilla.

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