Columna

El compañero

No se entiende cómo no se cansa el PP-A. La frase mora ha dado de sí todo lo que podía dar. No cabe estirar más, salvo que interese por otras razones. Rafael Centeno, diputado del PSOE, ya ha dimitido. Su partido ha pedido disculpas por el tratamiento del tema. Matías Conde, diputado del PP, sigue siendo vicepresidente del Parlamente, y se sabe que la frase no fue suya. No cabe más, salvo la querella anunciada por Antonio Sanz... Además, el tratamiento del comentario en los medios de comunicación ha desplazado el interés por conocer las razones de otra dimisión. La del delegado de la Zona Fran...

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No se entiende cómo no se cansa el PP-A. La frase mora ha dado de sí todo lo que podía dar. No cabe estirar más, salvo que interese por otras razones. Rafael Centeno, diputado del PSOE, ya ha dimitido. Su partido ha pedido disculpas por el tratamiento del tema. Matías Conde, diputado del PP, sigue siendo vicepresidente del Parlamente, y se sabe que la frase no fue suya. No cabe más, salvo la querella anunciada por Antonio Sanz... Además, el tratamiento del comentario en los medios de comunicación ha desplazado el interés por conocer las razones de otra dimisión. La del delegado de la Zona Franca de Cádiz, designado por el PP. Tampoco la justificación de 220 millones de pesetas en gastos de restaurantes, y otros, que se han consumido antes de su dimisión. No hay más.

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Claro, que todo es ponerse a la tarea. En ella está Dell'Olmo. Este diputado andalucista que oyó todo, no vio nada, y recuerda menos, sin que, entre sus recuerdos, se encuentre poner en pie la literalidad de una conversación xenófoba.

Ganas del PP-A en seguir insistiendo. Ganas de una dimisión más. Incluso, me atrevo a pensar, que no le interesa su dimisión. Si continúa, mañana, o pasado, puede que se cargue a otro de sus socios de gobierno. Podría decir, como si fuera un anónimo, que ha escuchado a no sé quién de sus socios decir que los magrebíes, si quieren papeles, deben aprender catalán mientras atraviesan el Estrecho y comulgar los días que diga misa el emérito. Esta fecundidad, estos inventos, y estos cambios de ritmos pueden ser útiles.

Además, decir toda la verdad es fácil. Lo hace cualquiera. Un místico español lo advertía. A menudo, la verdad es prueba de escasa imaginación.

Una falta de imaginación que no tiene Dell'Olmo. Ha sabido estar callado, como si fuera anónimo, también como compañericida, y militante. Con estos mimbres, el PA puede hacer un buen cesto. Claro, que no lo va a llenar de peras.

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En cualquier caso, si el olmo no da peras, si Centeno ha dimitido, si Matías Conde no es el autor de la frase ni del desaguisado, y las disculpas se han dado, no estaría de más que agotada la frase, y sus efectos, los parlamentarios dejaran la retórica partidista y emplearan su tiempo en legislar.

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