Entrevista:PABLO MALO | REALIZADOR

'Nadie entendería que Almodóvar o Amenabar rodasen ahora un corto'

A Pablo Malo (San Sebastián, 1965) le bastó un curso en la casa de cultura Larrotxene de San Sebastián para decidirse a rodar con su dinero El ángel de mármol, su primer cortometraje. Ganó la apuesta y recuperó la inversión en festivales. Volvió a apostar por Jardines deshabitados, ya con el apoyo económico del Gobierno vasco y de Canal +, y logró primero el Premio del Público en el Festival de Zaragoza y después el galardón al mejor guión en la Semana Internacional de San Roque (Cádiz). Malo, que habla en este trabajo de la curiosidad humana y cuenta con actores como Unax Ugalde...

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A Pablo Malo (San Sebastián, 1965) le bastó un curso en la casa de cultura Larrotxene de San Sebastián para decidirse a rodar con su dinero El ángel de mármol, su primer cortometraje. Ganó la apuesta y recuperó la inversión en festivales. Volvió a apostar por Jardines deshabitados, ya con el apoyo económico del Gobierno vasco y de Canal +, y logró primero el Premio del Público en el Festival de Zaragoza y después el galardón al mejor guión en la Semana Internacional de San Roque (Cádiz). Malo, que habla en este trabajo de la curiosidad humana y cuenta con actores como Unax Ugalde, Eloy Azorín y Mariví Bilbao, se prepara para dar el salto al largometraje.

Pregunta. ¿Los cortometrajes son un mero trámite para llegar al largo?

Respuesta. Creo que sí, que todos estamos en este mundo con la intención de hacer un largo. Uno hace cortos para probarse, para pasar de la teoría a la práctica. El problema es que se está profesionalizando demasiado y se nos exige que en 15 minutos desarrollemos historias que los largometrajes cuentan en dos horas.

P. Ocurre lo mismo con los relatos y la novela.

R. La historia es que el cuento no se considera un género menor, pero el cortometraje es algo así como el hermano pequeño del largo. Y nosotros tenemos esa necesidad de hacer una película, porque del corto no se puede vivir. Son dos mundos absolutamente diferentes; los escritores vuelven tanto al relato como a la novela y nosotros no. Nadie entendería ahora, por ejemplo, que Almodóvar o Amenabar rodasen un corto.

P. ¿Se considera antes director o guionista?

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R. No lo sé, pero, aparte de los textos de mis cortos, he escrito por encargo guiones para dos películas; Olentzero, cuento de Navidad y Viaje de ida y vuelta. Y ahora tengo ya terminado el de Cómplice de luna, el largometraje que quiero dirigir. Es un drama que habla de la soledad. Cuenta la historia de una prostituta y de su hijo adolescente y de la relación que establecen con otro chaval problemático de familia acomodada.

P. ¿El desarrollo tecnológico está dejando las historias en segundo plano?

R. El guión es el cimiento del cine. Los americanos enmascaran sus historias con efectos especiales y su cine se ha convertido en una especie de Port Aventura. Pero la cinematografía europea se asienta en las historias, su fuerte siguen siendo los guiones.

P. Usted es autodidacta. ¿Cree que las escuelas no pueden enseñar cine?

R. El cine es caro hasta de estudiar y siempre he pensado que, en vez de pagar a una academia, era preferible gastar el dinero en un rodaje. Es fácil que te enseñen a escribir un guión, pero no creo que nadie pueda instruirte sobre cómo contar la historia que tu quieres. El cine es algo muy visceral, muy personal.

Pablo Malo

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