Fomento admite formar parte del consorcio que construirá la estación de la Sagrera

Las administraciones catalanas, en especial las municipales, pedían que la estación del AVE en el aeropuerto estuviera en la vía principal y única y fuera, por tanto, paso obligado para todos los trenes. No será así. A cambio, el ministerio acepta que los trenes no entren en Sants a través de Cornellà yL'Hospitalet. A la altura de Sant Boi, en lugar de desviarse hacia Cornellà, el tren seguirá hasta El Prat, para continuar hacia Sants por Bellvitge y las vías ya existentes en L'Hospitalet.

De El Prat saldrá una vía secundaria que se dirigirá al aeropuerto y que tendrá parada en la termi...

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Las administraciones catalanas, en especial las municipales, pedían que la estación del AVE en el aeropuerto estuviera en la vía principal y única y fuera, por tanto, paso obligado para todos los trenes. No será así. A cambio, el ministerio acepta que los trenes no entren en Sants a través de Cornellà yL'Hospitalet. A la altura de Sant Boi, en lugar de desviarse hacia Cornellà, el tren seguirá hasta El Prat, para continuar hacia Sants por Bellvitge y las vías ya existentes en L'Hospitalet.

De El Prat saldrá una vía secundaria que se dirigirá al aeropuerto y que tendrá parada en la terminal actual y en la nueva, formará una circunferencia irregular y volverá al punto de partida para que los trenes se dirijan a Sants y Sagrera. Esto hace que el aeropuerto quede fuera de la vía principal. Algunos trenes entrarán en él y otros no, contra lo que pedían los ayuntamientos: que todos los trenes que pasaran por Barcelona lo hicieran también por el aeropuerto.

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El segundo punto de fricción entre el Gobierno central y el que preside Jordi Pujol era el calendario. Todas las administraciones catalanas han insistido en que la fecha de la llegada del AVE al aeropuerto y a Barcelona y la frontera francesa debe ser el año 2004. Ayer quedó claro que, en el caso del aeropuerto, no será así. El Gobierno, precisó Álvarez-Cascos, mantiene el compromiso de que el AVE llegue a Barcelona y Figueres en el 2004, pero no al aeropuerto.

Para esto hay dos fechas posibles. Una, el año 2005. Es el mismo año en que tiene que entrar en servicio la nueva terminal aeroportuaria. El ministro explicó que la estación está prevista en esa terminal y que las obras tienen que coordinarse para ser realizadas al mismo tiempo; por lo tanto, no pueden terminar la estación antes del 2005.

Esto no significa que sea así. Álvarez-Cascos fue taxativo: el ministerio no ha previsto una partida presupuestaria para una estación del AVE en el aeropuerto de El Prat. Por tanto, si no hay un convenio con el Gobierno catalán, es difícil que se pueda hacer en esa fecha. Este convenio debería estipular la aportación corresponsable del Gobierno catalán, es decir, el dinero para esas obras tendría que salir de las arcas del Gobierno de la Generalitat. Si Cataluña pone el dinero, será posible en el 2005. En caso contrario, la construcción de la estación y de la vía que llevará el AVE al aeropuerto podrá demorarse algunos años. Ni el ministro ni Pujol quisieron precisar cuántos, aunque hablaron de dos o tres.El pacto alcanzado entre el Ministerio de Fomento y el Gobierno catalán y anunciado incluye modificaciones esenciales tanto respecto a los planes originales del ministerio como a las pretensiones de las administraciones catalanas.

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Fomento pretendía dejar, al menos en una primera fase, el aeropuerto fuera de la línea de alta velocidad. Defendía la entrada a través de Cornellà y L'Hospitalet porque suponía un ahorro de dinero (técnicos del ministerio sugieren que unos 50.000 millones de pesetas) y de tiempo: el AVE perdería ocho minutos si pasara por el aeropuerto.

Tras el pacto alcanzado ayer, Fomento renuncia a este atajo y acepta prolongar el trazado del AVE paralelo al Llobregat hasta alcanzar la población de El Prat. Allí, aprovechando las vías existentes, se dirigiría hacia Barcelona. Esto no encarece especialmente las obras (unos 9.000 millones de pesetas) y deja en una inversión también corta (entre 10.000 y 19.000 millones) la construcción de la vía secundaria que entre y salga del aeropuerto, cuyo coste sería asumido por el Gobierno catalán, con el objetivo de que estuviera lista en 2005.

Ni Pujol ni Álvarez-Cascos quisieron hablar de cifras concretas. No obstante, Jordi Pujol afirmó: 'Esta es una obra muy importante para Barcelona y Cataluña, y no podemos perderla por 1.000 ni por 2.000 millones'.

El consejero de Política Territorial, Pere Macias, que también asistió a la reunión que mantuvieron Pujol y Álvarez-Cascos, explicó que el ministerio sí había accedido a otra de las peticiones catalanas: la formación de un consorcio que organice la construcción de la estación de la Sagrera y la reurbanización de la zona.

Esta petición era esencial para el Ayuntamiento de Barcelona, pero Fomento se mostraba reticente. El consistorio barcelonés había expresado su disposición a revisar el volumen para edificar tanto en la zona de la estación de Sants como en la de Sagrera a cambio de que los beneficios sirvieran para llevar a cabo una obra importante, para cuyo proyecto se ha hablado con Frank Gehry, el arquitecto autor del Guggenheim en Bilbao.

El Ayuntamiento de Barcelona considera que la reurbanización del área Sagrera-Sant Andreu, asociada a la estación de alta velocidad, es uno de los factores imprescindibles del proyecto. No obstante, la primera reacción del Ayuntamiento de Barcelona no fue de entusiasmo. Xavier Casas, alcalde en funciones (Joan Clos estaba de viaje en Toulouse), aseguró ayer que el pacto alcanzado entre Fomento y el Gobierno catalán adolece de varios defectos: no respeta los plazos, ya que el año 2004 era irrenunciable, y el aeropuerto queda fuera de la línea principal. Casas aseguró que hay que seguir luchando para que el AVE llegue al aeropuerto en 2004, pero aplazó la opinión sobre el trazado hasta conocerlo con mayor precisión. Macias y Clos mantuvieron ayer una breve reunión en Barajas, donde coincidieron cuando el primero iba a tomar el vuelo hacia Barcelona y el segundo en dirección a Toulouse. Por la tarde, el secretario del departamento, Ramon Roger, informó a Xavier Casas de la reunión entre Pujol y Álvarez-Cascos.

La reacción de la oposición política fue tremendamente dura. El primer secretario del PSC, José Montilla, calificó la reunión como 'una bofetada a Pujol' y un 'pésimo trato a Cataluña'. El secretario de infraestructuras en la sombra, Manel Nadal, tras calificar lo obtenido por Pujol como 'un fracaso', señaló: 'Si Fomento dice que no tiene dinero para llevar el AVE al aeropuerto hasta 2007 o 2008, bien está que el Gobierno catalán adelante el dinero, pero con la condición de que el ministerio lo devuelva en esa fecha. No tiene sentido que Cataluña pague una obra que en el resto de España paga siempre el Gobierno central'.

El presidente del PSC, Pasqual Maragall, dijo: 'La Generalitat no tiene que pagar nada. Si Álvarez-Cascos nos dice que hay que ayudarle a pagar, bien, pero a condición de que luego podamos pasarle la factura'. Maragall hizo estas declaraciones a Catalunya Ràdio mientras Pujol y el ministro se hallaban reunidos. El líder socialista añadió: 'El PP está haciendo mucho daño al país porque está enfrentando territorios. Nosotros hablamos de país y ellos de partidos. Nos cambia de sitio los ríos y los trenes. Estas cosas hay que hacerlas bien, sin azuzar guerras de agua y de trenes'.

En su opinión, el PP tiene una idea de España como 'un conjunto de puntos que están a una determinada distancia de Madrid'.

Joan Saura, por IC-V, aseguró que el resultado de la reunión es la evidencia de que Pujol no tiene fuerza para negociar con el PP, mientras que Esquerra Republicana afirmaba que CiU 'ha aceptado con resignación cristiana una falsa solución'.

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