El subamrino de EE UU hundió el barco japonés cuando simulaba una emergencia

Las autoridades militares de EE UU ya han reconocido que el accidente se produjo por una maniobra mal hecha. El submarino nuclear Greeneville practicaba una operación relativamente habitual que consiste en emerger con rapidez.

Antes de completar esa maniobra, la reglamentación exige al menos dos comprobaciones para garantizar que no existen barcos -o ballenas- en la superficie. Un sistema de radares acústicos detecta movimientos de posibles embarcaciones. Además, el submarino debe ascender hasta una posición que le permita la observación de la superficie a través del periscopio e...

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Las autoridades militares de EE UU ya han reconocido que el accidente se produjo por una maniobra mal hecha. El submarino nuclear Greeneville practicaba una operación relativamente habitual que consiste en emerger con rapidez.

Antes de completar esa maniobra, la reglamentación exige al menos dos comprobaciones para garantizar que no existen barcos -o ballenas- en la superficie. Un sistema de radares acústicos detecta movimientos de posibles embarcaciones. Además, el submarino debe ascender hasta una posición que le permita la observación de la superficie a través del periscopio en los 360 grados. Una vez que se determina la seguridad de la maniobra, el submarino realiza una inmersión para después ascender en una especie de salto rápido a la superficie.

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La Marina investiga ahora los archivos de navegación, las lecturas de los radares y las grabaciones de vídeo que registran todo lo que se ve a través del periscopio. El comandante del Greeneville, Scott Waddle, ha sido suspendido de su función y trasladado a otro destino.

Además, el Comité Nacional de Seguridad en el Transporte (el organismo civil que investiga cualquier accidente en EE UU) ha enviado a un equipo de cinco personas para indagar en los pormenores de la colisión. El Comité participa en la investigación porque el barco escuela hundido es una embarcación privada.

Este mismo organismo analizó un incidente similar ocurrido frente a la costa de California hace 11 años, cuando otro submarino nuclear hundió un remolcador cuando emergía a la superficie. En aquella ocasión, el comité determinó que el accidente se produjo por una mala operación de los sonares.

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Entrenamiento habitual

Según el almirante Thomas Fargo, comandante en jefe de la flota estadounidense en el Pacífico, la maniobra 'se realiza de manera muy habitual para entrenamientos, para demostraciones y para comprobar el funcionamiento de los sistemas'.

El capitán del Ehime relató en Honolulú el momento del accidente. 'Hubo un golpe violento, con un ruido enorme. La sacudida levantó la popa y enseguida escuchamos dos crujidos. El barco se hundió sin inclinarse, casi en línea recta', dijo Hisao Onishi con lágrimas en los ojos. El barco mostraba a estudiantes de pesca el movimiento de los bancos de peces en el momento de ser destrozado por las 6.000 toneladas del submarino nuclear estadounidense. De las 35 personas a bordo, nueve continúan desaparecidas: cuatro estudiantes de 17 años, dos profesores y tres miembros de la tripulación.

La Marina de EE UU ha prometido que las operaciones de búsqueda -todavía bajo la denominación de 'rescate'- proseguirán al menos hasta hoy. La temperatura del agua en esa zona del Pacífico, superior a los 25 grados, permite 'mantener la esperanza de que haya alguien con vida', dijo en Hawai Greg Fondran, portavoz del servicio de guardacostas. Al mismo tiempo llegaban a Honolulu 20 familiares de los desaparecidos para seguir de cerca la búsqueda.

Hay varias cuestiones poco claras en torno al accidente. En primer lugar, en el submarino viajaban 15 civiles además de los 130 miembros de la tripulación. Según el responsable de la flota en el Pacífico, 'es muy habitual embarcar a civiles en salidas de entrenamiento', dijo Fargo, lo que hace pensar que la maniobra formaba parte de una demostración de facultades del Greeneville, que sólo ha sufrido daños superficiales.

Por otra parte, no parece que la dotación del submarino se esmerase demasiado en ayudar a las víctimas del accidente en el momento posterior a la colisión. Según el capitán del pesquero japonés, los supervivientes tuvieron que esperar 50 minutos en el agua hasta que las embarcaciones de los guardacostas llegaron en su ayuda.

Onishi ha contado que el submarino salió a la superficie y se acercó al lugar en el que había ocurrido el accidente: 'Pude ver a varias personas en el puente de mando. Echaron una escalerilla desde allí, pero no nos rescataron. Sólo se quedaron mirando hasta que llegaron los guardacostas', dijo el capitán del pesquero. Según Fargo, las condiciones del agua y la altura de las olas hacían que fuera peligroso abrir las escotillas para llevar a bordo a los supervivientes. La versión de Onishi es antagónica: asegura que el mar estaba tan calmado que ni siquiera entraba agua en las lanchas salvavidas.

George W. Bush envió 'disculpas y condolencias' al Gobierno de Japón mientras su secretario de Estado, Colin Powell, prometía una investigación a fondo. El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, prometió ayer que EE UU 'hará lo adecuado para ayudar a las víctimas y a las familias'.

Es la segunda vez en tres días que EE UU ha tenido que pedir disculpas a Japón por un asunto militar. La semana pasada, el máximo responsable militar estadounidense en Japón se disculpó formalmente por un incidente escabroso. La policía de Okinawa detuvo a un marine por levantar la falda a una adolescente japonesa; los mandos del soldado le defendieron y calificaron a las autoridades de Okinawa como 'una pandilla de blandengues'. EE UU se ha disculpado por el comportamiento del marine y, especialmente, por ese comentario.