Duran afirma que la actual crisis que sufre CiU es la 'más grave'

Experto en el arte de tensar la cuerda al máximo sin llegar a romperla, el líder de Unió Democràtica (UDC), Josep Antoni Duran Lleida, valoró ayer desde México la actual crisis de Convergència i Unió (CiU) como 'la más grave' y de solución 'más difícil' de las que ha vivido. El precio que pone Unió para aceptar que el secretario general de CDC, Artur Mas, suceda a Jordi Pujol como candidato a la presidencia de la Generalitat en 2003 es un nuevo reparto del poder en la coalición, en el que quiere obtener el 50% de presencia pública.

La dirección de Unió ha adelantado al miércoles, el d...

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Experto en el arte de tensar la cuerda al máximo sin llegar a romperla, el líder de Unió Democràtica (UDC), Josep Antoni Duran Lleida, valoró ayer desde México la actual crisis de Convergència i Unió (CiU) como 'la más grave' y de solución 'más difícil' de las que ha vivido. El precio que pone Unió para aceptar que el secretario general de CDC, Artur Mas, suceda a Jordi Pujol como candidato a la presidencia de la Generalitat en 2003 es un nuevo reparto del poder en la coalición, en el que quiere obtener el 50% de presencia pública.

La dirección de Unió ha adelantado al miércoles, el día en que Duran regresará de su viaje oficial a México, la reunión de su comité de gobierno que tenía prevista para el viernes. En ella abordará la crisis de la coalición. El miércoles se habrán celebrado los primeros contactos entre la secretaria general de Unió, Núria de Gispert, y el convergente Xavier Trias para abordar la 'refundación' de la coalición. De Gispert ha entregado ya a Convergència un documento con la posición de Unió.

Es improbable, no obstante, que el miércoles haya ya un acuerdo. Una vez que Pujol ha decidido que Artur Mas sea el próximo candidato de CiU a la presidencia de la Generalitat, Unió quiere que el futuro líder dirija la coalición de forma distinta a como lo ha hecho Pujol. Y eso no se cambia en un par de días.

Entretanto, lo que hay en el aire es una reestructura del Gobierno en la que el ascenso de Mas a conseller en cap provocará cambios por lo menos en las carteras de Economía, Presidencia y Cultura, pero que según cómo se desarrolle alcanzará también a la de Duran Lleida, la de Gobernación.

Los portavoces de Unió destacan estos días que una cosa es aceptar a Mas como conseller en cap y como futuro cabeza de cartel electoral para la Generalitat y otra aceptar que Unió sea siempre 'el socio menor' de la coalición.

'Queremos un cambio en la cultura de la coalición', sostienen los democristianos. Hasta ahora todo en CiU ha estado condicionado por la excepcional personalidad de Pujol, que al fin y al cabo es el fundador de Convergència, no de Unió. Y que, como ahora se ha visto, toma sus decisiones en clave de partido. El cambio ha de consistir, afirmó ayer Núria de Gispert, en que las decisiones importantes para el Gobierno y la coalición las discutan también el Gobierno y la coalición. 'Si el nombramiento de un conseller en cap es un primer cambio', afirmó, 'entendemos que se ha de tratar también en este marco'.

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Lo que preocupa más a Unió, sin embargo, es que en los últimos años se han consolidado en Convergència varios factores hostiles a Unió. Uno de ellos es el aparato de partido creado por el anterior secretario general, Pere Esteve. Otro es la generación de dirigentes soberanistas, que van ocupando puestos clave, como acaba de suceder en la federación local de Barcelona de CDC, desplazando a políticos de perfil moderado.

Este contexto tiende a perpetuar a Unió como una simple ala democristiana, y menor, de Convergència. Unió quiere acabar con esta situación. Y muchos de sus dirigentes están decididos a que si ahora no se logra el reequilibrio, Duran abandone el Gobierno catalán y los 15 diputados de Unió en el Parlament formen grupo propio.

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