A DEBATE

¿Turismo de masas o parque natural?

La ampliación de la estación de Baqueira-Beret provoca polémica en la Val d'Aran

Pocas veces una iniciativa relacionada con el negocio de la nieve ha despertado tanta controversia como el proyecto de ampliar el área esquiable de la estación aranesa de Baqueira-Beret hacia el valle de Àrreu, un territorio de gran valor ecológico situado al norte del Pallars Sobirà. Partidarios y detractores de este ambicioso proyecto llevan un año enfrascados en una agria polémica ante la imposibilidad de conciliar intereses como el turismo de masas y la protección del medio ambiente.

Cuando, hace un año, la empresa que explota el complejo invernal de Baqueira-Beret inició los trámit...

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Pocas veces una iniciativa relacionada con el negocio de la nieve ha despertado tanta controversia como el proyecto de ampliar el área esquiable de la estación aranesa de Baqueira-Beret hacia el valle de Àrreu, un territorio de gran valor ecológico situado al norte del Pallars Sobirà. Partidarios y detractores de este ambicioso proyecto llevan un año enfrascados en una agria polémica ante la imposibilidad de conciliar intereses como el turismo de masas y la protección del medio ambiente.

Cuando, hace un año, la empresa que explota el complejo invernal de Baqueira-Beret inició los trámites administrativos para desembarcar en la comarca vecina, diversos colectivos ecologistas pusieron el grito en el cielo. Criticaban que se fuera a destruir uno de los pocos valles vírgenes que quedan en el Pirineo leridano, donde se conservan ejemplares de flora y fauna únicos en la cordillera, especialmente especies en peligro de extinción, como la perdiz nival, el urogallo y la lechuza pirenaica.

El proyecto, denominado Baqueira-Bonaigua-Sorpe, supondrá, en caso de ser autorizado por el Gobierno catalán, un gran crecimiento del actual dominio esquiable de la estación -que pasaría a tener casi 1.000 hectáreas de pistas- y del número de esquiadores. Las pistas que se pretende construir en el valle de Àrreu invadirían una franja boscosa que se extiende desde el Cap del Muntanyó d'Àrreu, a 2.626 metros de altitud, hasta la pequeña localidad de Sorpe, donde estaría el acceso principal por el Pallars Sobirà.

El 90% de la futura área esquiable de Àrreu está incluido en el Plan de Espacios de Interés Natural (PEIN) de la Generalitat desde 1992. Esta inclusión es incompatible con la construcción de 30 kilómetros de pistas de esquí, 15 de canalizaciones de agua, 16 de carreteras y pistas forestales, 17 telesillas y remontadores, 4 zonas de aparcamientos, urbanizaciones y 4 áreas de hoteles y cafeterías.

Están a favor del proyecto de ampliación del complejo los vecinos y los alcaldes de los 15 municipios de la comarca, la mayoría de ellos de CiU. En esta iniciativa ven una gran oportunidad para impulsar el desarrollo de una zona deprimida y despoblada.

El consejo comarcal y los empresarios turísticos también defienden el proyecto y exigen a la Administración que encuentre un punto de equilibrio entre las actividades turísticas y la conservación de la naturaleza para no perder una inversión de 10.000 millones de pesetas y la creación de más de un centenar de puestos de trabajo.

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Al otro lado de la trinchera está la Plataforma pel Desenvolupament Sostenible del Massís de Beret, que reúne a las principales organizaciones ecologistas y excursionistas, incluida Greenpeace. La entidad dice que se perjudicará a una zona de gran interés biológico. Diversos informes de profesores universitarios alertan sobre los 'daños irreversibles' que comportará la ampliación. Los ecologistas han presentado su alternativa a la ampliación, más económica y respetuosa con el paisaje, que consiste en abrir una vía de acceso a Baqueira-Beret desde el Pallars Sobirà a través del corredor de la Bonaigua. Esta solución permitiría un mejor aprovechamiento de las instalaciones actuales.

El consejero de Medio Ambiente, Felip Puig, es partidario de autorizar el desembarco de Baqueira-Beret en el Pallars Sobirà, aunque recortando sus pretensiones iniciales. Ello obligará a desclasificar 1.100 hectáreas protegidas del valle de Àrreu y a revisar la propuesta catalana de espacios de interés comunitario incluidos en la Red Natura 2000. A cambio, ofrecerá como caramelo a los ecologistas la creación del futuro parque natural del Alt Pirineu. Puig tiene previsto reunirse mañana con los promotores de la ampliación con el fin de delimitar la superficie esquiable. La duda estriba en si la estación aceptará una reducción que merme rentabilidad a su proyecto. En caso afirmativo, los ecologistas acudirán a los tribunales para impedir las obras. Sería el primer caso en Europa en que se autorizaría un proyecto de expansión de una estación de esquí en un espacio natural protegido.

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